La
sociedad del espectáculo virtual
Juan José Angulo
https://es.wikipedia.org/wiki/Guy_Debord#/media/Archivo:Guy_Debord,_painted_portrait.jpg |
La sociedad del espectáculo
es una sociedad cuya economía consiste en el intercambio de unas
mercancías, los espectáculos, que se consumen de forma pasiva: es
el consumismo.
Ella también supone el
bombardeo de imágenes e información (sobre todo por televisión),
lo que nos abruma y pueden suspender la capacidad de reaccionar y
reflexionar. Al final, se sustituye lo conceptual por lo visual.
Hoy, en Occidente dicha
sobreinformación viene dada por la red de redes, en la que pasamos
muchas horas a través del móvil, sobre todo.
Lo virtual, lo no cercano ni
físico, lo alejado y menos emocional, forma buena parte de nuestras
vidas. Lo virtual tiene casi el mismo peso que lo real, con el
problema de que lo virtual es menos vívido y personal que lo físico.
De esa forma, nuestra relación
con el mundo está mediada, en buena medida, por datos impersonales y
menos emocionales. Con el bombardeo de datos virtuales, se puede
embotar la empatía (de la misma forma que el espectáculo abrumaba
la mente) y hacernos menos sensibles.
Según los estudios de Damasio
y estudios de inteligencia emocional, mente y emoción están
relacionados. Puede limitarse de alguna manera nuestra capacidad
reflexiva.
Antonio
Damasio considera que hay una relación entre emociones y
racionalidad. En concreto, postula que ciertas regiones cerebrales,
en las que se suelen activar sistemas neuronales encargados de las
emociones, tienen un papel en el conocimiento, el razonamiento y la
toma de decisiones.
Estos
sistemas tienen gran capacidad para memorizar categorías de objetos
y acontecimientos a través de representaciones disposicionales de
entidades (seres) y sucesos. Además, procesan los componentes de
estas representaciones memorizadas e idean nuevas combinaciones
originales: procesan la información y pueden manejarla de forma
constructiva para formar otras representaciones similares que puedan
ser útiles.
De
esa forma, es posible que construyan mentalmente situaciones
imaginadas y, de esa manera, se facilita la anticipación de
resultados de acciones, la formulación de planes futuros y el diseño
de nuevos objetivos para la supervivencia. Las nuevas creaciones
mentales son memorizadas asimismo en estos procesos.
Dichas
regiones cerebrales pre-frontales no son, en principio, las que se
ocupan de la abstracción y el pensamiento, sino de la reacción
automática ante estímulos externos y de las necesidades
fisiológicas más primigenias. Sin embargo, ante las decisiones
hacen aparecer en la mente sensaciones agradables o desagradables en
forma de “imágenes” o similar información y ellas otorgan una
subconsciente asociación de ideas automática que ayudan a decidir y
forman parte del posterior y más avanzado proceso de pensamiento
racional. Procesan la intuición que precede al pensamiento y le
sirve de base.
Si
no se trabajan estos procesos, nuestra capacidad mental se limita.
La cuestión no es el uso de las tecnologías en red, sino su abuso.
Hoy en día, se emplean muchas horas en red y se tienen, entonces,
menos tiempo para experiencias vitales y momentos de parada para la
reflexión.
Por
un lado, lo vivencial-real se reduce y puede mermar nuestra empatía
y contacto con lo real, haciéndonos menos sensibles y separados de
lo inmediato por la mediación de lo virtual.
Por
otro, el pensamiento reflexivo no se fomentado, dado que se adquiere
la costumbre de la recepción pasiva de datos y porque cobra más
importancia lo visual-virtual pasivo que lo conceptual. La lectura
de textos largos es sustituida por datos en formatos pequeños, que
no permiten mucha profundidad lectora, conceptual, ni de inmersión
en el lenguaje (del que está compuesto el pensamiento; si no se sabe
manejar la expresividad del lenguaje, se tiene dificultades para la
construcción de pensamiento estructurado).
La
escuela Gestalt parece sugerir que las experiencias están cargadas
de teoría. La manera de enfocar los datos sensoriales depende de
una capacidad previa de interpretación, unos conceptos previos
dentro de un punto de vista determinado.
Ver dos caras o una
copa depende de disponer de una idea previa determinada. O se ve la
copa o se ven las caras, nunca las dos cosas a la vez (solo se puede ver una en función del concepto previo que se tenga cada momento).
Todas las fotos de
periódicos tienen un pie de página que demarca cómo interpretar la
imagen; una misma foto en periódicos distintos muestra puntos de
vista (datos) diferentes. Si no sabemos manejar e interpretar bien
los conceptos, no podremos replantearnos la información que nos
llega.
-Damasio,
Antonio 2013: El error de Descartes.
Barcelona: Editorial Destino.
-Debord,
Guy 2005: La sociedad del espectáculo.
Barcelona: Editorial Pre-textos.
-Goleman,
Daniel 1996: Inteligencia
emocional. Barcelona:
Editorial Kairós.
-Rams, Albert 2009:
Veinticinco años de Gestalt.
Barcelona: La Llave Ediciones.
iruzkinik ez:
Argitaratu iruzkina