2021(e)ko otsailaren 25(a), osteguna

Literatura filosófica: "El día que Nietzsche lloró"

 

 Literatura filosófica: El día que Nietzsche lloró

 

Juan José Angulo de la Calle



https://es.wikipedia.org/wiki/Friedrich_Nietzsche#/media/Archivo:Nietzsche1882.jpg


La novela es un gran juego en el que, por medio de un engaño, ficticiamente uno de los fundadores del psicoanálisis tiene diálogos con Friedrich Nietzsche acerca de su filosofía y su manera de tratar la desesperación.  De esta manera, el autor nos embarca en una narración en la que se presenta al filósofo (y filólogo) Nietzsche en la tesitura de procurar poner en práctica su teoría para aplicarla a la vida y como forma de tratar la desesperación.

 

Lou Andreas Salomé le pide al Dr. Breuer que trate la depresión que padece su amigo Friedrich Nietzsche.  Como el filósofo alemán es demasiado orgulloso para pedir ayuda y su filosofía condena la debilidad, tiene que presentar su terapia psicológica como una forma de sanación de su deterioro físico (jaquecas, dolor en los ojos, visión deteriorada y demás síntomas de la enfermedad genética que mató a su padre y a su hermano).

 

El doctor, en el desarrollo de la terapia, elabora otra estrategia.  Se da cuenta que la depresión de Nietzsche es resultado del rechazo de Lou Andreas Salomé, finge que le pide consejo para que trate un mal de amores que supuestamente padece el doctor Breuer y le pide consejo vitalista basado en la filosofía de Nietzsche.  Así, de forma indirecta, Friedrich Nietzsche da cuenta de su propia experiencia, habla de su propio estado depresivo y puede hacer, de alguna manera, terapia psicológica.

 

En esta extraña terapia, Nietzsche da cuenta de su filosofía: el sostenimiento de que lo más fundamental en todo ser es buscar el poder, el eterno retorno como prueba de fuerza que puede hacer que nos reafirmemos y el superhombre [übermensch], que sería el objetivo último de la voluntad de poder.

 

Asimismo, el doctor Breuer aprende del filósofo para aplicarlo a la propia vida.  La negación de asumir porque sí el peso de la tradición y las presiones sociales, hace que el buen doctor se pregunte por primera vez qué tipo de vida realmente quiere vivir, sin que tenga que hacer ciegamente lo que se espera de él y para guardar meramente las formas.  Se replantea su vida y empieza a pensar en su propia felicidad para que tenga auténtica razón de ser; de forma que, aunque decida seguir con su vida, sea porque él lo ha querido y no por verse forzado por un artificial convencionalismo.

 

Nietzsche tuvo unas experiencias conflictivas con muchas mujeres: el rechazo de Lou Andreas Salomé, sus discusiones con su hermana antisemita y demasiado absorbente, sus desencuentros con su madre y sus tías.  Acabó reaccionando a todo gestando una misoginia que no supo cuestionarse.

 

"¿Vas con mujeres?  No olvides el látigo." (AHZ, De las viejas y las jóvenes).

 

 "La mujer quiere ser tomada, aceptada como "posesión", de "poseída", y por consiguiente quiere alguien que tome, que no dé ni se entregue [...]
La mujer se entrega, el hombre acepta: creo que esta contraposición natural no se superará mediante contrato social alguno, tampoco mediante la mejor de las voluntades de justicia" (GC, 
§ 363).

 

De esta manera, fue enemigo del feminismo y, de hecho, acabó denostando todo igualitarismo, interpretando que el afán de buscar la igualdad iba en contra de la posibilidad de que alguien destaque mejorándose a sí mismo, era puro populismo en el que se ensalza a la masa solamente por la aritmética y el mero peso del número (fomenta que las masas se crean más por ser más) y que impiden que las personas busquen ser mejores por el propio esfuerzo y lleguen a ser superhombres.   Nietzsche adoptó una postura reaccionaria y aristocrática.


"Al teatro nadie lleva consigo los más sutiles sentidos de su arte, tampoco el artista que trabaja para el teatro: en él se es pueblo, público, rebaño, mujer, fariseo, ganado con derecho a voto, demócrata, prójimo, congénere, en él hasta la más personal conciencia está sometida a la magia niveladora "del mayor número", en él la estupidez actúa como lascivia y contagio, en él gobierna el "vecino", en él se convierte uno en su vecino... (GC, § 368).

 

Exaltó a figuras cesaristas como Napoleón Bonaparte, que acabaron con el igualitarismo de la Revolución Francesa, recuperaron los duelos y el código de honor, y devolvieron los valores aristocráticos del triunfo, la fuerza y la conquista.


Nietzsche adopta posturas reaccionarias y enemigas del igualitarismo, entendido como tendencia a que no pueda destacar nadie, ni los que se han esforzado por superarse, y que, según él, se basan en la aritmética y el mero peso del número de las masas. Exaltó a figuras cesaristas y autoritaristas como Napoleón Bonaparte, que acabaron con el igualitarismo de la Revolución Francesa, recuperaron los duelos y el código de honor, y devolvieron los valores aristocráticos del triunfo, la fuerza y la conquista.

 

"Nuestra fe en una masculinización de Europa. Es a Napoleón (y no absolutamente de ningún modo, a la Revolución Francesa, que iba en pos de la "fraternidad" entre los pueblos y del general y florido intercambio de los corazones) a quien hay que agradecerle que ahora puedan seguir uno a otro un par de siglos guerreros sin igual en la historia, que hayamos entrado, en suma, en la era clásica de la guerra, de la guerra a la mayor escala (de medios, de talentos, de disciplina), de la guerra erudita y al mismo tiempo popular, a la que todos los milenios venideros mirarán retrospectivamente con envidia y veneración, por cuanto verán en ella un ejemplo de perfección: pues el movimiento nacional del que crece esta gloria guerrera es solo la reacción a Napoléon, y sin Napoleón no existiría.  A él será lícito atribuirle algún día que el varón haya vuelto a ser señor en Europa sobre el comerciante y el filisteo; quizá incluso sobre la "mujer", que ha sido malcriada por el cristianismo y por el espíritu alucinado del siglo XVIII, y todavía más por las "ideas modernas". [...] Y quién sabe si esta parte del modo de ser antiguo no volverá a enseñorearse del movimiento nacional y tendrá que declararse en sentido afirmativo heredera y continuadora de Napoleón, quien -como es bien sabido- quería a Europa unida, y unida como señora de la Tierra." (GC, § 362).

 

La misoginia y el enaltecimiento  del poder de Nietzsche, en esta novela, se ven explicados por una necesidad de evitar al género femenino y al género humano en general resultado de haber sufrido rechazo por parte de las mujeres y conflictos con sus amigos varones.  

 

En el texto, se interpreta que la aproximación hacia los demás era entendido por Friedrich Nietzsche como una debilidad: era considerado como una cesión de poder en favor de la petición y exigencia de acercamiento de una persona con la que se tiene una relación cercana. 

 

En la novela, se ve que es lo que genera sufrimiento es la soledad y el aislamiento en el que vive Friedrich Nietzsche, resultado de sus malas experiencias con otras personas y como consecuencia de su moral "estoica" de endurecimiento.  La desesperación que padece es fruto de su soledad y ella es provocada por su incapacidad de abrirse, su miedo a los demás, su orgullo y consecuente falta de reconocimiento de los propios límites.  Solamente cuando reconoce su situación limite, se desahoga y puede calmar su desesperación.  

 

La soledad de Nietzsche es presentada como causa de su depresión y ella como fruto de su miedo a abrirse.  Su endurecimiento queda como un ahogado grito de auxilio, que solamente puede calmarse cuando Nietzsche finalmente habla de sus problemas y logra desahogarse.

 

Es una gran novela en la que se muestra de forma concreta en qué consiste la filosofía de Nietzsche, por medio del ejercicio de procurar aplicarlo a la vida del Dr. Breuer y a la del propio Friedrich Nietzsche.  


Filosofía de Nietzsche

 

Nietzsche critica la cultura occidental, su sobrevaloración de lo conceptual y su fijación de las ideas, tratadas como eternas. Frente a ello, describe que el mundo y sus conceptos están en devenir, en constante cambio; y, en buena medida, ensalza el papel importante de la emoción en la vida y en la condición humana.


El filósofo alemán Friedrich Nietsche es el encargado de dar cuenta de la muerte de los principales conceptos y valores de la modernidad. Su análisis parte de su crítica a la metafísica occidental. Hasta su fecha, ella había tratado al ser como si fuese el proceso que da forma y contenido a todos los seres, presentándoles como eternos e inmutables.

Hablaba de los seres como si tuvieran una manera de ser única y no cambiante, dotados de características inamovibles por las que no pasa el tiempo. P.e. definir al gato como un felino que caza ratones ahora y siempre.


No solamente eran tratados estas “esencias” como definiciones, sino que se plantean como realidades en el mundo (y los cambios son tratados como meras creencias, forjándose una dualidad de mundos: el de las esencias y el de las apariencias, el eterno y el material, el paraíso y la tierra). 



Estas “eternidades” constituyen, según Nietzsche, un buen refugio para inventarse otros mundos (más ideales, más puros, más eternos y “más reales”) en los que no se padezca el doloroso presente y las incertidumbres que dan los cambios (mundos tales como el paraíso del cristianismo, el mundo de las ideas de Platón, el futuro progreso...).

 

La crítica de Nietzsche pasa por la negación de estas “esencias” ante la presencia del proceso llamado devenir (el constante cambio de las cosas). El tiempo pasa, las cosas se deterioran o transforman: no hay un modo de ser fijo, no hay ninguna eternidad. ¿Cómo se puede hablar de fijaciones cuando todo cambia y a cada momento se es distinto?


Esto conlleva, según Nietzsche, la muerte de Dios; es decir, la muerte de todos los absolutos (que están basados en la estabilidad y la certeza de la fijación). Los valores están sustentados en creencias y la muerte de los “seres ideales” y de “otros mundos” conlleva la muerte de sus derivados valores.

 

 

Esos mundos soñados son una vía de escape para huir de la dura realidad en la que nada es estable y en la que hay dolor. En el fondo, es un rechazo al dolor. Según Nietzsche, esta actitud es decadente porque es una forma de huida cobarde del dolor. Toda la decadencia viene de este escape. 

 

El “espíritu” de venganza, que hay en algunas morales basadas en el castigo, es el hecho de atribuir que la causa del dolor proviene de otro y atacarle, pensando que así se acaba con el dolor (es la idea de deuda a partir de la que se forma la moral tradicional, según Nietzsche). 


El sentimiento de culpa no deja de ser otro tipo de “espíritu de venganza”: se atribuye que la causa del dolor es uno mismo y se piensa que la redención de ese dolor viene del auto-tormento: se espera que con el martirio se acaba el dolor. 

 

La compasión es no poder soportar el dolor ajeno y ayudar al prójimo sin pensar en que es mejor que deba auparse por sus propios medios y ser independiente. Según Nietzsche, la compasión es la forma en la que el débil ataca al fuerte, al que atribuye el dolor, y le obliga a rebajarse para igualarse a él y vivir en la mediocridad. 


Nietzsche es aristocrático, elitista y reaccionario: atribuye a todos los igualitarismos esta tendencia compasiva hacia la mediocridad, en la que todos estaríamos igualados , sin que nadie destacase sobre los otros por sus méritos.


Muertos los absolutos por los que actuar, muertos los valores, en medio de la nada, Nietzsche ve en este final una oportunidad para crear nuevos valores. El nihilismo de Nietzsche no es pasivo, no se limita a negar los valores y dejarnos en el vacío; es nihilismo activo porque asevera que como no hay nada absoluto a lo que estar encadenado, se puede ser creativo e inventar nuestros propios valores. 


Encontrarse que nada es absoluto, más que un motivo de pena, es un descubrimiento positivo porque muestra que los valores han sido inventados y que se puede ser creativo haciendo unos nuevos. Puede que este crear sea la acción resultado de la voluntad de poder o ella misma.


Nietzsche se vio influido por la filosofía de Schopenhauer. Schopenhauer dividía el mundo como representación y como voluntad. 


El mundo como representación es la forma cómo se nos presenta el mundo a través de los conceptos, es el hilo de maya del budismo lleno de confusión e ilusión, y es, en cierta manera, el conocimiento fenoménico de Kant, que trata acerca de las representaciones del mundo, los fenómenos, y que no conoce el
noúmeno, las cosas en sí (las cosas tal como son en realidad y no como se nos aparecen). 

 

La cosa en sí consistiría en la voluntad que hay en todos los seres, una serie de impulsos internos que presionan al movimiento. En el caso de los seres vivos, consistiría en las necesidades básicas (hambre, sed...) y otras, que presionan sobre ellos. 


En cierta medida, es el deseo budista (o el apego al deseo) que nos impulsa y nos crea sufrimiento durante toda la vida (nos vemos en la tensión de necesitar cubrir los deseos, frustrarnos si no lo conseguimos y decepcionarnos si los cubrimos: satisfacer un deseo da un reposo momentáneo que lleva luego al tedio y a buscar más porque nunca es suficiente). 


Para Schopenhauer, la vida es tensión; sin embargo, Nietzsche habla más de voluntad de poder que de voluntad de vivir y ve la vida más como energía que como tensión.


Así, Nietzsche plantea un nuevo valor consistente con el mundo en devenir: la voluntad de poder. Ella es el querer ser más grande, ser más fuerte y ser capaz de hacer más y mejores cosas ( querer poder hacer más). Es una voluntad de poder en contacto con otras (porque se da en el mundo) y que requiere lucha (se puede querer lo mismo o chocar), la cual fortalece.


El objetivo final de esta voluntad de poder es el superhombre. El superhombre es un ser que ha pasado por muchas pruebas de fuerza (superar la necesidad de eternidades, superar la compasión y el remordimiento) que le han hecho superar el miedo al dolor, a aceptar el devenir, el mundo y la vida.


Él ha aceptado la vida en su totalidad (con placer y dolor) y se ha sumergido en el mundo, tal como la figura de Dionisos, dios a la vez del vino y de la tragedia. Ha superado el dolor tras haber eliminado el rencor, la culpa y la compasión a través de haber asumido la necesidad del dolor. 

Ha llegado a esta aceptación tras superar la idea del eterno retorno (aceptar que la vida que tenemos la vamos a volver a vivir de la misma forma innumerables veces). Superada las huidas del dolor, se fortalece y se hace capaz de decidirse a crear (sobre todo, nuevos valores).

 

Gracias a ese poder adquirido, ha podido crear como un artista, inventando sus propios valores y, de esa forma, se ha hecho a sí mismo o se ha dado su propia forma de vida según su criterio, haciéndose independiente.

 

Crítica de Bertrand Russell 

a la filosofía de Nietzsche

 

Bertrand Russell, en su Historia de la filosofía, llega a caracterizar a Friedrich Nietzsche casi como un ser temeroso, cuyo enaltecimiento al poder y al dominio esconde un profundo temor hacia el prójimo.  Este miedo quedaría reflejado por la necesidad de tiranizar y anular a los demás por medio del miedo y el sometimiento.  

 

En su hilo descriptivo, Russell considera que Nietzsche hace del desprecio una norma; de la refutación por medio del desprestigio, un modo de persuadir; de la desconfianza, un método crítico adecuado; y del enaltecimiento del odio, un sustento emocional de su moral aristocrática (en la que se pone como deber el uso de la fuerza, la conquista y el dominio de los señores).

 

Nietzsche adopta posturas reaccionarias y enemigas del igualitarismo, entendido como tendencia a que no pueda destacar nadie, ni los que se han esforzado por superarse, y que, según él, se basan en la aritmética y el mero peso del número de las masas. Exaltó a figuras cesaristas y autoritaristas como Napoleón Bonaparte, que acabaron con el igualitarismo de la Revolución Francesa, recuperaron los duelos y el código de honor, y devolvieron los valores aristocráticos del triunfo, la fuerza y la conquista.

 

"Nuestra fe en una masculinización de Europa. Es a Napoleón (y no absolutamente de ningún modo, a la Revolución Francesa, que iba en pos de la "fraternidad" entre los pueblos y del general y florido intercambio de los corazones) a quien hay que agradecerle que ahora puedan seguir uno a otro un par de siglos guerreros sin igual en la historia, que hayamos entrado, en suma, en la era clásica de la guerra, de la guerra a la mayor escala (de medios, de talentos, de disciplina), de la guerra erudita y al mismo tiempo popular, a la que todos los milenios venideros mirarán retrospectivamente con envidia y veneración, por cuanto verán en ella un ejemplo de perfección: pues el movimiento nacional del que crece esta gloria guerrera es solo la reacción a Napoléon, y sin Napoleón no existiría.  A él será lícito atribuirle algún día que el varón haya vuelto a ser señor en Europa sobre el comerciante y el filisteo; quizá incluso sobre la "mujer", que ha sido malcriada por el cristianismo y por el espíritu alucinado del siglo XVIII, y todavía más por las "ideas modernas". [...] Y quién sabe si esta parte del modo de ser antiguo no volverá a enseñorearse del movimiento nacional y tendrá que declararse en sentido afirmativo heredera y continuadora de Napoleón, quien -como es bien sabido- quería a Europa unida, y unida como señora de la Tierra." (GC, § 362).

 

Nietzsche en bastantes ocasiones señala que el uso de la fuerza, el odio y tener enemigos son algo positivo, lo ensalza, y lo hace porque considera que gracias a los enemigos hay enfrentamiento que nos endurece y nos hace más fuerte.

 

 "¿Decís que una causa justa santifica hasta la guerra?  Pues yo os digo que la guerra justifica todas las causas.  La guerra y el valor han conseguido cosas más importantes que el amor al prójimo.  Lo que ha salvado a los que estaban en peligro no ha sido vuestra compasión, sino vuestro arrojo.  ¿Preguntáis qué es bueno?  Ser valiente es bueno.  Que sean las niñas las que digan que bueno es lo bonito y lo que conmueve.  Se dice que no tenéis corazón; pero vuestro corazón es auténtico, y me encanta que os avergoncéis cuando obráis con cordialidad [...] 

Debéis tener enemigos a quienes odiar, no enemigos a quienes despreciar.  Debéis enorgulleceros de vuestros enemigos; pues, de este modo, los éxitos de vuestros enemigos serán también vuestros éxitos." (AHZ, Las guerras y los guerreros).

 

Su superhombre [Übermensch], en la crítica de Russell, quedaría como una suerte de ser solitario y temeroso, paradógicamente.  Sería un ser que busca dominar sobre los demás porque teme a las otras personas.  En cualquier caso, sería un ser que se aleja de los demás, huye de ellos y se queda solo en el mundo.  La fortaleza perfecta no deja entrar el aire.  

 

Cabría pensar si esta descripción no dilucidaría la imposibilidad de llevar a la práctica hasta las últimas consecuencias los planteamientos de Friedrich Nietzsche.  

 

Es posible que sea adecuado que cada persona piense por sí misma, no tome ningún valor de la tradición por supuesto y haya una decisión autónoma sobre la actitud que se va a llevar en la vida, de forma que cada persona elija cómo actuar y qué tipo de vida se quiere tener, haciendo a cada persona dueña de su propia vida y destino. 

 

Sin embargo, la decisión sobre la propia vida también tiene que tener en cuenta a los demás, no solamente porque la sociedad tiene que tener unas normas para que haya convivencia, sino porque la vida sin los demás es imposible (se necesita de otras personas para subsistir, nadie es totalmente independiente) y porque el ser humano también es sociable y afectivo.

 

En esta novela quedaría reflejada esta consideración de Russell, en tanto en cuanto presenta a un Friedrich Nietzsche que se hace el duro, no pide ayuda y queda solo y debilitado por no tener el valor de pedir ayuda cuando se necesita y por su empeño en no mostrar ninguna debilidad.

 

Esta tesitura hace que sean atendidas las consideraciones de Russell, que critican la filosofía de Nietzsche en tanto simplificación de los planteamientos acerca del amor al prójimo del humanismo cristiano, la compasión empática del budismo y su excesivo culto al poder y al odio.  

 

Russell plantea que para Nietzsche ambos planteamientos morales son solamente negativos, ausencia de orgullo en la humildad cristiana y búsqueda de falta de sufrimiento respecto al budismo.  En el amor universal hay algo más que negación de uno mismo y en el budismo hay algo más que el ascetismo que planteaba Schopenhauer (obsesionado conque la vida es una Voluntad compuesta de deseos que tienen que provocar sufrimiento, y de la que hay que sustraerse con renuncias totales).  En ambas posiciones puede haber aspectos positivos, como el amor, el conocimiento y la complacencia en la belleza.

 

En cualquier caso, la caracterización de Bertrand Russell acerca de la filosofía de Friedrich Nietzsche (sobre sus nociones de voluntad de poder y superhombre) son muy simples, casi simplistas, y no pueden abarcar los complejos matices de su teoría. Russell reduce la filosofía de Nietzsche casi a tópicos y lugares comunes, parece una caricatura de la misma.

 

 Sistema de citas


AHB - Así habló Zaratustra

GN - La gaya ciencia


Bibliografía y webgrafía:


-Adictos a la filosofía: El VITALISMO de NIETZSCHE: https://www.youtube.com/watch?v=wNrV9_tuGlo


-El día que Nietzsche lloró (película completa): https://www.youtube.com/watch?v=2CneK2bURaQ&t=1s


-Galparsoro, J. I. 1997: Betiereko itzulera Nietzscheren pentsaeran. Donostia: Jakin.
 
 
-Gallardo, G. 2020: "El día que Russell intentó ridiculizar a Nietzsche".  Strambotic. Tómatelo con filosofía.  Madrid: Sociedad de Filosofía Aplicada. [consultado el 22 de febrero de 2021]: https://www.strambotic.com/sofia/el-dia-que-russell-intento-ridiculizar-a-nietzsche/
 
 
- Marte 19: FILOSOFÍA - NIETZSCHE:  https://www.youtube.com/watch?v=tTz4HR6P4Ok&t=1s
 
 
 -Nehamas, A. 2002: Nietzsche. La vida como literatura. México, D.F. : Fondo de Cultura Económica.
 

-Nietzsche, F. 1999: Así habló Zaratustra. Madrid: Edimat Libros.
 
 -Nietzsche, F. 1999: Ecce homo. Madrid: Edimat Libros.
 
-Nietzsche, F. 1999: El crepúsculo de los ídolos.  Barcelona: Fontana.

-Nietzsche, F. 2000: La genealogía de la moral. Madrid: Editorial EDAF.

-Nietzsche, F. 2010: Fragmentos póstumos. Madrid: Tecnós.
 
-Russell, B.  2009: Historia de la Filosofía.   
Madrid: RBA. 
 
-Yalom, I. D. 2008: El día que Nietzsche lloró.  Barcelona: Destino.
 

2021(e)ko otsailaren 17(a), asteazkena

Literatura filosófica: "El mundo de Sofía"

 

 

Literatura filosófica: El mundo de Sofía

 

Juan José Angulo de la Calle

 

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/b/b3/Sofies_Welt%2C_1993.jpg
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La novela es una historia de iniciación y crecimiento personal a través de la historia de la filosofía europea.  Una joven de catorce años recibe lecciones escritas de filosofía por medio de un profesor anónimo, que por algún motivo considera que es necesario para ella la fundamental formación en filosofía.

 

El misterioso profesor defiende que la filosofía es la disciplina académica más importante en tanto en cuanto ha tratado las grandes cuestiones que han inquietado a la humanidad.  Dichos planteamientos han respondido a las inquietudes de las personas, han hecho que nos maravillemos por todo lo que existe, han formado a las personas para que piensen por sí mismas (de forma crítica y racional) y han buscado una razón de ser para todo lo que existe y, en concreto, han buscado una explicación del "sentido" de la vida humana.

 

Más adelante, Sofía (la estudiante) se encuentra con su maestro de filosofía y empiezan un largo proceso de aprendizaje y debate que les permite la profundización en las cuestiones que se van presentando.

 

Tratan de responder a las grandes preguntas de la humanidad: "¿de dónde venimos?; ¿adónde vamos?, ¿existe la libertad o todo está determinado por el destino?; ¿por qué existe el mundo?, ¿por qué el ser y no la nada?, etc."  

 

Estas preguntas hace que no se dé por sentado nada, nos sorprenda que exista la realidad y nos maravillemos por ella, pero sobre todo hacen que nos preguntemos por la condición humana, la razón de ser de las personas y por la existencia humana.  Entre las preguntas está: "¿quién soy?", es decir, se pregunta a acerca de la identidad de cada persona y, a nivel más amplio, en qué consiste la existencia humana, cuál es su razón de ser, en qué consiste la humanidad y cuál es la vida humana buena o feliz.

 

De esta manera, Sofía crece como persona, al buscar su propia identidad, formarse una reflexión acerca de cómo actuar de forma humana (uno de los temas tratados es la ética) y empieza a pensar por sí misma, de forma que empieza a crear un criterio propio de toma de decisiones y de formación como persona por medio de su propio pensamiento, razones y reflexión. 

 

Así, esta novela, en la que se presenta a una adolescente en período de tránsito entre la infancia y la vida adulta, recibe unos planteamientos que le permiten reflexionar acerca de en qué tipo de persona se quiere convertir y cómo llegar a ser una persona que se configura a sí mismo, pensando, razonando y tomando sus propias decisiones.  

 

Desde la llamada de Sócrates a "conocerse a sí mismo" por medio del método de reflexión racional mayéutico hasta las reflexiones acerca de la existencia de Sartre, una parte significativa del proceso de aprendizaje de la filosofía europea fomenta una reflexión acerca de la identidad, la existencia, la condición humana, la autoreflexión, la llamada a ser verdaderas  personas o animales racionales que piensan por sí mismas y actúan según los propios argumentos racionales.

 

La novela queda como una suerte de iniciación que prepara a la protagonista para la vida adulta, en la que tendrá que actuar de forma responsable, racional y tomando sus propias decisiones.  Se aleja de la minoría de edad autoimpuesta descrita en la Ilustración (la tendencia a no pensar por sí mismo y tomar propias decisiones por el peso de la tradición y la irreflexión) y empieza a lograr una verdadera mayoría de edad por usar su capacidad de reflexionar por sí misma y su consecuente toma de decisiones propia.

 

A mitad de la novela, se juega con la ficción y se presenta su mundo como un relato inventado, se señala que Sofía está dentro de la novela El mundo de Sofía.  Cuando se describe el experimento mental de Descartes de que el mundo pudiera ser un sueño generado por un genio maligno que nos engaña y el empirismo de Berkeley (que señala que las sensaciones del mundo son una ilusión que nos introduce la divinidad), se juega con la literatura de la obra y su caracter ficticio para indicar que lo que están viviendo Sofía y su maestro Alberto es una ilusión escrita para la formación de otra joven, hija del escrito, llamada Hilde, la cual recibirá el texto ficticio como regalo y como medio de que ella se interese por el saber, reflexione y tenga su propio proceso de crecimiento como persona. 

 

El paralelismo Hilde/Sofía hace un juego con nuestra imaginación, es un toque de atención para que se reflexione sobre el propio mundo y es una invitación a pensar sobre la propia realidad.  En cualquier caso, no quita para que sean igualmente reales los procesos de formación de la literaria Sofía y la "menos ficticia" Hilde; todo lo contrario, hace que la iniciación en el prensamiento propio, crítico, racional y libre se duplique porque no se limita solamente el camino de Sofía, sino que se le añade las reflexiones que realiza Hilde.

 

El texto tiene un formato ameno, lleno de diálogos, ejemplos y situaciones que inician los debates.  Es apto para todas las edades, aunque trate sobre cuestiones que generen dudas e incertidumbres, está contado con un tono que no resulta catastrofista, sino que invita a una mayor reflexión.  Además, se relata la historia de una forma amena, se juega con la imaginación, con el humor y algunas libertades literarias que hacen que el libro sea entretenido a la vez que didáctico.  Entonces, se hace apto para todas las edades, debido a que la claridad de sus explicaciones y el tono ameno hacen que sea una lectura interesante, entretenidad y grata.

 

La novela es un gran homenaje a la filosofía.  Ella fomenta la reflexión del lector y enseña la utilidad de la filosofía como medio para preguntarnos por todo, analizar en qué consiste la condición humana y sentir asombro por todo lo que nos rodea. 

 

- Gaarder, J. (2020): El mundo de Sofía.  Madrid Siruela. 


 

2021(e)ko otsailaren 13(a), larunbata

Filosofía: curiosidad y asombro por todo

 Filosofía: curiosidad y asombro por todo


Juan José Angulo de la Calle


https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/d/da/Plato_Pio-Clemetino_Inv305.jpg
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/d/da/Plato_Pio-Clemetino_Inv305.jpg


Aristóteles consideraba que para hacer filosofía únicamente se requiere una cierta capacidad de asombro.  La posibilidad de considerar sorprendente conduce a filosofar porque permite que surja la inquietud de reflexionar y preguntarse por todo lo que existe.  De esta forma, no se trata todo lo que existe como dado y necesario, sino que son cuestiones por las que preguntarse y reflexionar.  Ello conduce a que nos sorprendamos de que exista la naturaleza y la sociedad, llevando a que se considere hasta cierto punto todo como algo asombroso y casi una maravilla.

 

Platón presentó en uno de sus diálogos a un participante que señalaba que le daba vértigo las cuestiones, replanteamientos y reflexiones que se estaban realizando; y, en voz de Sócrates, respondió que no es de extrañar porque la búsqueda del saber produce una abrumadora sensación de asombro.

 

De todas formas, Platón consideraba que el motor del saber es el amor porque es el deseo de conocer lo que lleva a no conformarse con cualquier respuesta, sino que conduce a replantearnos todo y reflexionar sobre lo que existe por medio de preguntas que lo cuestionan todo 

 

Estas preguntas se responden en filosofía con planteamientos racionales en los que todo debe ser justificado por la argumentación, aunque nunca den una respuesta definitiva por ser puro pensamiento formal.  Los conceptos y planteamientos son incomprobable, no se pude datar por la experimentación porque trata acerca de conceptos demasiado abstractos como para contrastarse, como la noción de conocimiento en general, del ser, de la belleza y del de humanidad.

 

La filosofía surge de la curiosidad, del deseo de saber, y genera asombro por todo.  Ella reflexiona acerca de las grandes preguntas e inquietudes más fundamentales de la humanidad y que pueden llenar la vida de las personas: "¿De dónde venimos, en qué consiste ser?  ¿A dónde vamos, qué se puede esperar en el futuro en el recorrido de la historia?  ¿Qué es la sabiduría?  ¿Qué es la belleza?  ¿Qué es la humanidad?  ¿Por qué el ser y no la nada?"



 

Bibliografía:

 

 -Arana, J. R. 2001: Hacia un nuevo Platón. Barakaldo: Ediciones de Librería San Antonio.


-Arana, J. R. 2005: Balada de la filosofía y de la ciencia.  Barakaldo: Ediciones de Librería San Antonio.


-Aristóteles 1980: La metafísica. Madrid: Editorial Espasa-Calpé.


-Aristóteles 1999: Moral, a Nicómaco.  Madrid: Espasa Calpe.

-Arrieta, A. & Uribarri, I. (koord.)  (2008): Filosofiaren historioa.  Donostia: Elkar.

-Cicerón, M. T.  2005: Disputaciones Tusculanas.  Madrid: Editorial Gredos.

-Chátelet, F.  1967: El pensamiento de Platón.  Madrid: Editorial Labor.


-Diógenes Laercio 2007.  Vidas de los Filósofos Ilustres.  Madrid: Alianza Editorial.


-Havelock, E. A 2002: Prefacio a Platón. Madrid: Antonio Machado Libros.


-Platón (1971). El banquete. 
 Patricio de Azcárate (ed.). Filosofía en Español.
[Contsulta: 2019ko ekainaren 25ean]. Hemen igota:


-Platón (1971). Fedro.  
 Patricio de Azcárate (ed.). 
Filosofía en Español.
[Contsulta: 2019ko ekainaren 25ean]. Hemen igota:


-Platón 1994:  La República o el Estado.

 Barcelona: Edicomunicación.
 


-Schlanger, J. 2000: Sobre la vida buena. Madrid: Editorial Síntesis. 

-Russell, B.  2009: Historia de la Filosofía.  Madrid: RBA.



2021(e)ko otsailaren 8(a), astelehena

"Blade runners", replicantes y Levinas

 

 

 Blade runners, replicantes y Levinas

 

Juan José Angulo de la Calle
 

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/48/Chevron_El_Segundo_refinery%2C_2007.jpg
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/48/Chevron_El_Segundo_refinery%2C_2007.jpg


 

Levinas

 

Emmanuel Levinas fue un filósofo que defendió que la filosofía primera no era la teoría del ser, sino la ética.  Según el autor, es más fundamental y básica la ética porque antes de tener conciencia acerca del ser, nos damos cuenta de que existen otros seres.  Por tanto, la ética precede a la ontología, el deber precede a la esencia.

 

En la ética, en el trato con los demás nos damos cuenta de que existen otros seres y, a partir de ahí, nuestra conciencia va teniendo presente el ser a partir de los  seres.

 

La ética de Lévinas está muy influída por su judeaísmo: en ella están introducidos el amor al prójimo y el perdón.  Sin embargo, lo más fundamental de la ética de Lévinas es la empatía.

 

A partir de ponernos en lugar del otro, la capacidad para identificarnos con los demás, vamos tomando consciencia de las otras personas son como uno mismo y que deben ser tratadas de la misma manera que uno espera ser tratado.  A partir de ahí, la conciencia ética se forma y se forma en los valores de la compasión, la comprensión, el amor al prójimo y el perdón.

 

 

​Ética de la empatía de Levinas 

y Blade runner

 

Karel Čapek, en su obra de teatro Robots Universales Rossum, introduce por primera vez el término robot, que viene a significar "siervo".  En esta obra, se fabrican hombres artificiales que debían realizar las labores más mecánicas de la forma más eficiente, pero todo cambia cuando una mujer llega a la fábrica y suplica que se les dote de alma a los pobres robots.  Como consecuencia de ello, los robots se acaban rebelando contra los seres humanos, al ser capaz de tener conciencia y darse cuenta de que los seres humanos no son tan eficientes en la producción y que, en favor de la misma, lo más óptimo sería su aniquilación y sustitución de ellos por robots. 

 

En esta obra comienza el gran temor a la rebelión de las máquinas, que solamente podría ser paliada por parte de la ciencia-ficción a través de las tres leyes de la robótica que plantea el escritor Isaac Asimov en su libro: Yo, robot (ellas suponen una programación que hace que los autómatas sean fieles y serviles a los seres humanos, sin que quepa la posibilidad de peligro). 

 

Sin embargo, el miedo a la posible amenaza de los robots quedó todavía en la ciencia-ficción. La película Blade runner está libremente inspirada en el libro de P. H. Dick: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?  En esta novela se presenta un futuro en el que una guerra mundial y la contaminación han perjudicado la calidad de vida y moral de las personas.  


Para paliar a ambas, las personas se conectan a una realidad virtual en la que aparece una suerte de profeta que predica la empatía, como si fuese una suerte de religioso de la moral de Levinas.  El supuesto Wilbur Mercer defiende que se vive en una sociedad de kippel [kipple] o suciedad y que por medio de la limpieza se reduce el kippel, pero ello no lo elimina.  

 

Como si de la mancha del karma se tratara, el mercerismo aboga por medios de purificación y defiende, al igual que el credo hinduísta, que la redención no procede por completo de ellos, sino que exige expiaciones mayores y diferentes.  Al igual que en la respuesta budista a la mancha del karma, Wilbur Mercer defiende que es la compasión la que ennoblece al ser humano y lo redime de su suciedad física y moral.

 

De esta manera, en esta sociedad futurista se hace muy necesario poseer un animal, aunque sea uno electrónico porque aunque la mascota no reconozca a la persona, la persona puede identificarse con el robot y empatizar con él, logrando desarrollar una sensibilidad que otorga a la persona cierta nobleza y dignidad que le permite sentirse mejor en un mundo cada vez más podrido.

 

Los replicantes humanos de las colonias son fácilmente identificables precisamente porque carecen de empatía.  Se les puede someter a un test de empatía de Voight-Kampff y pueden ser localizables e identificables por su falta de empatía.  

 

Estos androides con funciones en las colonias son perseguidos por romper el orden social, por su rebelión y por sus efectos de ruptura con el mercerismo.  Para atraparlos, se contratan mercenarios que deben eliminarlos cuanto antes porque un contacto largo con ellos supone un peligro: el blade runner [cazarecompensas] puede empatizar con el replicante y el androide, que no le corresponde, puede aprovechar que baja la guardia para matarlo.


En la película Blade runner, no aparece el mercerismo, pero queda el test de empatía que le hacen a los replicantes para localizarlos.  De manera indirecta, se hace mención a la empatía, pero sin presentar una sociedad cuya moral se asiente sobre la capacidad de ponerse en lugar de otro ser y la compasión.


Curiosamente, el final de la película difiere notablemente con el libro en el sentido de que en la película se refiere que el replicante Nexus-6 adquiere cierta compasión y salva la vida del blade runner que le persigue, precisamente por su condición de replicante de corta duración [casi obsolescencia programada]: por ser consciente de la brevedad de su vida y valorar en su finitud efímera, llega a valorar toda vida y le conduce a perdonar la vida de la persona que, paradógicamente, pretendía arrebatarle la suya.  

 

El replicante mostró una conmiseración y una humanidad mayor que la de su perseguidor, lo que nos lleva a plantearnos hasta qué punto puede llegar a poder ser considerado como un ser humano más con todo derecho y reconocimiento, debida cuenta a su final acto de compasión, comprensión y evaluación de la vida.


La película tiene una orientación que difiere completamente al mensaje del libro, pero da una vuelta de tuerca y conduce a que nos replanteemos hasta donde puede llegar lo que entendemos por humanidad y si podría ser atribuido a futuras máquinas de Türing que puedan demostrar un grado superlativo de inteligencia emocional.  Ella no solamente haría dudar a cualquier homo sapiens sapiens si un conocido sea un mero replicante (como pudiera ser en el libro), sino que cabría la posibilidad de que dude si considerar a los replicantes como seres humanos de pleno derecho.


Esta duda se maximiza en su secuela, Blade runner 2049.  En ella, se plantea que los replicantes pueden llegar a reproducirse, haciendo que la línea entre androides y seres humanos se difumine todavía más.  

 

Su protagonista es un supuesto replicante de nuevo modelo que caza a androides de viejo modelo que deben ser retirados de circulación, oficio sucío en tanto que elimina casi a sus semejantes y que se hace insostenible cuando tiene dudas sobre su identidad y su verdadera existencia.  Todo quedará en cuestión cuando en medio de la confusión de sus velados recuerdos, lleve a una investigación que le hará saber más de sí mismo y, en el encuentro con el antiguo blade runner Rick Deckard, sepa que un replicante de viejo modelo pudo reproducirse.


De forma paralela, la película animada de 1995 Ghost in the shell nos presenta un planteamiento similar: un hacker que transfirió su mente a un androide exige ciertos derechos como ser vivo, dada su capacidad de reproducirse.  De igual manera, en la secuela de la saga Blade runner se deja entender que la línea divisoria entre el ser humano y la inteligencia artificial puede difuminarse, dado que el desarrollo robótico logró que las semejanzas entre los robots y lo seres humanos sean inmensas.

 

 

Bibliografía y webgrafía:


-Asimov, I. (2004): Yo, robot.  Barcelona: Edhasa.


-Dick, P. H.  (2012): Blade runner: ¿sueñan los androides con ovejas eléctricas?.  Barcelona: Minotauro.

 

-El cine que llevamos dentro (2017): Blade Runner 2049 e Incendies de Denis Villeneuve con Lubna Azabal, Mélissa Désormeaux Poulin, Ma.  Subido el 24 de marzo de 2017: https://www.youtube.com/watch?v=Vxsf7pcqsFo

 

-El cine que llevamos dentro (2017): 7 curiosidades de Ridley Scott.  Subido el 13 de octubre de 2017:  https://www.youtube.com/watch?v=PrA5C1F4bxM


-Lévinas, E. (1993). Entre nosotros: ensayos para pensar en otro. Valencia: Editorial Pre-Textos. 


-Lévinas, E. (1993). Humanismo del otro hombre. Caparrós Editores.
 
-Quetzal (2016): Ovejas Eléctricas - ¿Qué es el cyberpunk? (Historia y filosofía), subido el 10 de agosto de 2016: https://www.youtube.com/watch?v=OQLmFsYh4MA
 
 -Quetzal (2017): Ovejas Eléctricas - Análisis de Blade Runner,  
subido el 13 de julio de 2017: https://www.youtube.com/watch?v=v_ATQxu1nA4


2021(e)ko otsailaren 4(a), osteguna

Descartes, "Matrix" y otras ilusiones

 Descartes, Matrix y otras ilusiones

 

Juan José Angulo de la Calle
 
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La Europa de la modernidad buscaba la certeza con obsesión y Descartes la encontró en el sujeto pensante. Su duda metódica era una mera artimaña para descartar aquellos principios que no fueran estables o certeros del todo. De esta forma, eliminadas las ideas cuestionables, se acababa llegando a un punto de partida indefectiblemente seguro.


Gran matemático (que desarrolló sus famosas coordenadas), conocía el moderno álgebra, proceso que procura el despeje de incógnitas. Influido por esta metodología y por la navaja de Ockham (que quitaba todo lo que fuese innecesario y dudoso), estableció como método de conocimiento el partir de principios evidentes (tras descartar todo lo que tuviera contradicciones) y el iniciar el proceso de conocimiento estableciendo dichas primeras ideas, para después componer las más complejas, derivadas de ellas. Su método epistémico fue el modelo que adoptó la nueva lógica moderna de Port-Royal.


Dudó de los datos de los sentidos, que en la época habían sido mostrados como falsos (como la aparente rotación del sol en torno a la Tierra por los datos de la vista). Señalaba que la sensibilidad podía configurar datos que muchas veces podían ser confusos (como cuando se mete un lápiz en un vaso y parece que se dobla, y en realidad es un efecto de la refracción de la luz). 

 

Llegó a decir que los datos de los sentidos en nada diferían de las ilusiones que se tienen en los sueños. Señaló que bien podría ser que todo lo percibimos fuese un sueño (como si considerase que Calderón de la Barca tuviera razón cuando recitó: “¿Qué es la vida? Una ilusión,/ una sombra, una ficción,/ y el mayor bien es pequeño:/ que toda la vida es sueño,/ y los sueños, sueños son”).


La parábola de estar en un mundo imaginario era un tema recurrente desde la filosofía más clásica y ha continuado en la actualidad. Platón presentó el mito de la caverna, alegoría que representaba que el tener como válido los datos de los sentidos es vivir en la oscuridad o ignorancia. Los prisioneros de una cueva, que estaban en la parte más profunda de ella, se encontraban encadenados a postes. Frente a ellos, había una pared sobre la que se proyectaban sombras que imitaban a los seres del mundo. Unos personajes en una situación de mayor poder (tal vez, representado a los sofistas) les tenían sometidos en su estado de postración, gracias a la ilusión que resultaba del uso del fuego (que representaba la opinión basada en los sentidos). Uno de los prisioneros dejó la caverna y vio la auténtica realidad. Allí vio cómo eran los seres del mundo, y no vio sus meras sombras o copias artísticas. Primero fue cegado por la luz cegadora del Sol (figura que era la metáfora de la racional y regidora Idea de la Justicia). Después pudo ser capaz de captar algo mediante la más tenue luz del reflejo de la Luna y, finalmente, logró poder ver todo desde la luz del Sol o la Justicia. Cuando intentó liberar a sus compañeros, tomaron sus aseveraciones como engaños y quisieron darle muerte.


Putnam, un filósofo del siglo XX, recuperó la vieja noción de que pudiéramos vivir en una realidad ficticia. Planteó la posibilidad de que, en realidad, fuésemos unos cerebros conectados a un ordenador que nos diese todas las sensaciones y nos sumiesen en una realidad virtual. El filósofo de la ciencia quería transmitir que, de facto, para las personas daba igual la realidad externa, aunque fuese virtual; porque no hay forma de salir de nuestras propias teorías. De lo que se trata, entendía, no es tanto buscar corroboración externa (inexistente porque todo fenómeno de la experiencia está ya previsto en la teoría); sino buscar construir una teoría consistente, digna de ser proclamada como verdad. Su teoría de la realidad era un realismo internalista, una suerte de teoría coherentista de la verdad que no se atrevía a reconocerse como tal. Para efectos prácticos, bien pudiera ser que estuviésemos en una realidad virtual.


El cine coetáneo recogió paralelamente este tipo de visión. La película Ghost in the shell, basada en el complejo y rico cómic japonés homónimo, planteaba una sociedad futurista en la que todas las personas del mundo desarrollado estaban conectadas a Internet y eran medio cyborg (personas con una mayoría del cuerpo biológico, pero poseedores de implantes cibernéticos). Las personas, así, estaban buena parte de su vida y de su existencia dentro de la realidad virtual y ella formaba parte de sus vidas. Con lo que, consecuentemente, la amenaza de los hackers podía tener efectos terroristas y era necesario un cuerpo policial con los medios para hacerle frente (la sección 9, cuyo mando ejecutivo lo ostentaba la mayor Motoko Kusanagi). 

 

En Occidente se filmó la película Dark city, en la que una ciudad estaba sometida por una especie que tenía un mente colectiva y hacía experimentos con seres humanos. Sus miembros le borraban la memoria a los seres humanos y les introducía, por vía química, recuerdos falsos. De esta forma, los miembros de la gran mente colectiva pretendía conocer en qué consiste la mente individual. Más conocida y comercial fue otra película basada Dark city: Matrix, que planteaba que toda la realidad era virtual. Todo lo que percibían los personajes era un engaño, que facilitaba que las personas no pudiesen salir de los motores cibernéticos en los que se encontraban realmente. Dichos aparatos permitían extraer energía de los seres orgánicos, reduciendo a las personas al rango de meras pilas.


La versión de Descartes era un sueño orquestado por un ser diabólico. Podía muy bien no existir Dios y que el “mundo” no fuese más que el engaño de un genio maligno. Pero para que el sujeto pensante pueda estar equivocado, tiene que existir un pensador equivocado. Cogito ergo sum;pienso, luego existo”. Esta conclusión es una derivación de una reflexión de Agustín de Hipona, en la que él declaró mucho antes que Descartes que si se duda, tiene que haber alguien que dude: dubito ergo cogito, cogito ergo sum; “dudo luego pienso, pienso luego existo”.

 

 Bibliografía:

 
-Arana, J. R. (2005): Balada de la filosofía y de la ciencia.  Barakaldo: Ediciones de Librería San Antonio.

 

-Descartes, R. (2003): Discurso del método

Madrid: Tecnós.


-Platón (2002): Obra completa. Madrid: Gredos.

 

-Russell, B. (2009): Historia de la Filosofía.

 Madrid:RBA.

 

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