Literatura filosófica:
"El asesinato de Platón"
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Años después de la muerte de Sócrates a manos de un tribunal popular, su discípulo Platón lucha porque no sea dominante el poder de los ignorantes y nunca vuelva ocurrir una injusticia semejante. Para ello, funda la academia y prepara en virtudes y razón a los jóvenes aristócratas que participan en la Asamblea de Atenas, de forma que pueda quedar la posibilidad para que actúen políticamente los que poseen el saber y puedan actuar en política en función de la razón.
De esta manera se puede lograr el equilibrio en la Ciudad, de la misma forma que la razón controla a las excesivas pasiones que se dejan llevar por las apariencias de los sentidos y el descontrol de los deseos. La razón puede llevar a obedecer lo que es debido, por encima de consideraciones egoístas como el débil temor al dolor y las tentaciones de los placeres excesivos y dañinos.
Solamente por la razón se puede lograr el equilibrio en los ámbitos de la vida y la política porque es pausada, conocedora de los conceptos generales (virtudes e ideas) y basada en argumentos tratables.
En principio, Platón defiende que deberían gobernar los filósofos o que deberían convertir en filósofos a los gobernantes.
Sin embargo, en su vejez renuncia a esta propuesta y escribe Las leyes, diálogo en el que afirma que las leyes aseguran el cumplimiento de las directrices virtuosas de la razón. Las leyes pueden fomentar la razón y la virtud porque dan regularidades y normas que pueden estar más allá de las pasiones y los meros caprichos, ya que son deberes generales y alejados de los intereses particulares. La ley sería la forma de fomentar unos hábitos de vida y de convivencia que lleven al equilibrio sensato de la razón y la armonía.
Según Platón, la ley regula las pasiones (por medio de la educación, las recompensas y castigos...) y considera que se habla de ley cuando el juicio de la razón se convierte en una decisión general del Estado.
Entre sus maestros, se encuentra una mujer, que debe mostrar como la que más que domina la teoría de las ideas. En una clase, se viste de hombre para mostrar que las apariencias de los sentidos pueden engañar (nos muestran que todo cambia y no hay nada asible para el conocimiento), pero que la realidad tiene que ser diferente.
En apariencia es un hombre, pero la realidad es que es una mujer. De la misma forma que a primera vista se hace esta deducción, se debe colegir que estamos dentro de una "cueva de sombras" o realidad ilusoria si solamente atendemos a los sentidos; y que debemos ahondar con la razón a llegar a los conceptos más generales, que no se deducen de los datos de los sentidos y que los deducimos por medio de la razón y la abstracción hasta llegar a las nociones más generales y a las realidades más ideales. Su explicación causa tanto asombro, que es aceptada hasta por los asistentes más reacios a la igualdad entre hombres y mujeres.
Si dominan las posturas de los sofistas, basadas en los datos cambiantes de los sentidos, no podría formarse un conocimiento estricto, la moral sería relativista y no podría formularse una noción de justicia. Según Gorgias, nada existe y si existe no puede ser conocido, y si es conocido es demasiado complicado como para ser comunicado; por lo que, según él, no sería posible el conocimiento. Protágoras, por su parte, señalaba que no hay idea de justicia de por sí, sino que todo era pura convención de colectividades.
Si triunfaban estas ideas, no se podría establecer una idea de justicia ni se podría implantarla en Atenas. Por ello, se debía atacar los sofismas basados en los sentidos y afirmar como más racional la idea de justicia, a la que se llega por medio de argumentación dialéctica y abstracción.
Según Platón, deberían gobernar los que tienen el saber y no pueden conducirse por los sentidos engañosos y los deseos, sino que los gobernantes deben ser educados en la filosofía y la razón, de forma que lleguen a la idea de justicia y a las nociones de las virtudes por sí mismas [y no como medio para satisfacer los propios intereses por medio de usar la apariencia de la virtud, como parece que fomentan los sofistas en su educación en persuasión y defensas de la egoísta propia causa].
Esto plantea la cuestión: ¿deberían gobernar los que saben o debería gobernar el pueblo? ¿Tecnocracia o democracia? ¿Es más racional la dictadura de un académico o el debate racional de todas las partes que podría darse en democracia?
Mientras la Academia plantea estas cuestiones, Dioniso el Joven invita a Platón a que le eduque de forma que sea un prototipo de buen gobernante. Platón acepta con la expectativa de que se pueda cumplir su ideal de que los gobernantes se hagan filósofos y, llegando a la idea de justicia, puedan poner equilibrio social racional a todas las partes de la Ciudad.
Platón pretende de Dioniso que, al menos, dictamine leyes, las cuales son la forma más racional de política porque permiten un régimen de estabilidad, alejan de la arbitrariedad de la tiranía y permiten la posibilidad del ejercicio de las virtudes racionales (como el valor en la guerra, la templanza en la organización de las festividades, la difusión de la cultura y el saber...).
Sin embargo, envuelto en medio de una guerra interna, Dioniso el Joven se aleja de los consejos de Platón y lo retiene en una jaula dorada. La historia se repite. Dioniso el Viejo también había invitado a Platón a su corte para que le aconsejase y acabó siendo su prisionero (porque le ofendió al aseverar que el gobernante debe ser racional y virtuoso, dando a entender que el tirano no lo era del todo). De nuevo, la vida de Platón queda pendiente de un hilo. Se masca la tragedia del asesinato de Platón.
Afortunadamente, con el fin de la guerra en Siracusa, Platón deja de estar bajo la "protección" de Dioniso el Joven y puede volver a Atenas, donde retoma sus clases en la Academia.
- Marcos Chicot. 2020: El asesinato de Platón. Barcelona: Editorial Planeta.
Bibliografía:
-Arana,
J. R. 2001: Hacia
un nuevo Platón.
Barakaldo:
Ediciones de Librería San Antonio.
-Arana, J. R. 2005: Balada de la filosofía y de la ciencia. Barakaldo: Ediciones de Librería San Antonio.
-Aristóteles
1980: La
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Madrid:
Editorial Espasa-Calpé.
-Aristóteles 1999: Moral, a Nicómaco. Madrid: Espasa Calpe.
-Arrieta, A. & Uribarri, I. (koord.) (2008): Filosofiaren historioa. Donostia: Elkar.
-Chátelet, F. 1967: El pensamiento de Platón. Madrid: Editorial Labor.
-Havelock, E. A 2002: Prefacio a Platón. Madrid: Antonio Machado Libros.
-Platón (1971). El banquete.
Patricio de Azcárate (ed.). Filosofía en Español.
[Contsulta: 2019ko ekainaren 25ean]. Hemen igota:
Patricio de Azcárate (ed.).
Barcelona: Edicomunicación.
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