La emoción por medio del arte
Juan José Angulo de la Calle
https://es.wikipedia.org/wiki/Friedrich_Schiller#/media/Archivo:Anton_Graff_-_Friedrich_Schiller.jpg |
Schiller consideró que había una separación entre racionalidad y sensualidad. Existía esta separación en el tratamiento del conocimiento europeo. El conocimiento es racional, riguroso, objetivo, general y exhaustivo; y la experiencia sensual, por contra, era entendida como subjetiva, particular e inasible.
La emoción es parte de la vida de las personas, y, puesto que tiene que tratarse de alguna forma, es mejor que sea trabajada bajo el control de la razón por medio del arte y los juicios estéticos, en los que pueden reflejarse las emociones con distancia y orden.
Schiller, siguiendo a Kant, indica que la imaginación puede modular la humanidad por ser una facultad central de la mente y por ser la belleza una condición necesaria de la humanidad. Schiller entiende que en la civilización hay dos conceptos divididos y separados, la sensualidad (“impulso sensual” o “impulso sensible”, activo) y la razón (“impulso de forma” o “impulso formal”,
pasivo y receptivo).
La imaginación es la capacidad de generar y plasmar una imagen concreta. Es el ámbito en el que puede reflejarse la sensibilidad particular porque hace uso de imágenes articuladas de una manera determinada y concreta, reflejando una emotividad y subjetividad articulada de una forma (y no de otras).
Su reconciliación por medio de la estética traerá la liberación política y del ser humano, porque la belleza traerá la libertad: permitirá la conciliación de la razón y la emoción, dará un ámbito de creatividad y de posibilidades: de elecciones libres.
La estética hará sensual a la racionalidad y racional a la sensualidad, permitiendo a las personas capacidades que les liberen del constreñimiento de la necesidad y de las leyes impuestas. Lo conseguirá al dar a entender que el estado de cosas presentes no está determinado, sino que se puede actuar en él.
Cuando la realidad pierde su “seriedad”, deja de ser necesidad para la observación: se une lo posible (una imagen concreta) con lo necesario (los símbolos y conceptos formales presentes en las obras de arte) en los juegos de la imaginación (en los que se hayan presentes ambos aspectos en las obras de arte o en los juicios estéticos).
En lo bello se da una forma viva. En ella hay una cierta idea formal (el concepto de belleza o unos cánones determinados) en una imagen concreta, la del objeto que suscita el juicio de lo bello, que otorga una sensación y una experiencia.
La idea formal o pura “forma” que busca el entendimiento es mera abstracción. El entendimiento se basa en abstacciones porque busca entender las causas generales de todo.
La idea formal, entonces, es una generalización de la realidad que permite conocerla,pero no sentirla y la experiencia o “vida” que busca la sensibilidad es una impresión sin forma. Solamente en el juego estético (el juicio de la belleza) se aúnan ambas inquietudes humanas.
Bibliografía:
-Kant, I. (1984): Crítica del juicio.
Traducción: Manuel García Morente.
Madrid: Espasa-Calpe.
-Schiller, J. C. F. (1969):
Cartas sobre la educación estética del hombre.
Traducción: Vicente Romano García. Madrid: Aguilar.
Me gustaría - buenas tardes - incidir en Plotino. Aún quizá siendo un gran exponente a la hora de acercarnos a Platón, por ejemplo, no tiene porqué ser santo de mi devoción. Si es cierto la aproximación - quizá sistemática - hacia un intelectualismo- en la compresión enérgica general de lo que contemplamos como realidad. Pero a mi entender, la misma realidad y el ser propio humano y en general es variado y dista. Tanto de la realización como de la divinidad.
ErantzunEzabatuYa. No conozco en profundidad la obra de Plotino, así que no sé. Puede que la consulte más adelante.
EzabatuSobre el concepto de divinidad tampoco sé nada.