Cómic:
entre el dibujo y la literatura
Juan
José Angulo de la Calle
Will
Esneir definió el cómic como “el arte secuencial”. Esto es, en
el cómic se transmiten los cambios en el tiempo, el movimiento es mostrado a
través de secuencias de viñetas. Por su lado, Luis Alberto de
Cuenca considera que en esa secuencia se cuentan historias y, así,
es una forma de narrativa o un tipo de literatura. Por eso es que
muchos cómics se llaman a sí mismos “novelas gráficas”.
El
cómic muestra dibujos, se asemeja a la pintura, salvo porque, en
general, suele mostrar el movimiento de forma más explícita que en
la pintura a través de líneas cinéticas y otros recursos técnicos
y gráficos. Presenta historias sobre todo a través de imágenes y
de su movimiento, no hay cabida para mucha escritura (reducida a las
conversaciones y cartelas, que deben ser breves y explícitas para no
cansar al lector): en ese aspecto se aleja de la literatura, que es
el medio de transmisión por escritura por excelencia, y se asemeja
al cine, compuesto por fotogramas en movimiento. No en vano, los
storyboards de las películas se asemejan a los cómics.
Dado
que no hay mucho espacio para la escritura, el cómic se aleja de la
literatura y se acerca a la pintura. Los pensamientos y reflexiones
de los personajes, así, no pueden ser muy tratados, dado que su
profundidad requiriría demasiada escritura y, por eso, su temática
principal se ve condicionada por su formato: el dibujo, él mostrará
otras cuestiones más propias de su capacidad comunicativa. Se
muestra el ambiente, pero se tiene que centrar en las emociones de
los personajes, que son enfocados en planos más cercanos (el entorno
es decorativo u horientativo, no es lo principal), planos en los que
se ven sus reacciones frente a las situaciones que viven.
La acción
es importante, principalmente en un tipo de cómics determinados,
pero la humanidad de los personajes, que es lo que permite la
identificación con el lector, es más importante en todo tipo de
cómics. Sin ella, el lector no se mete en la historia, no la
interioriza de forma subjetiva ni la “vive” (de alguna manera).
Por otro lado, sin las emociones puede que no haya ni historia, dado
que los personajes deciden actuar en función de sus emociones en
parte (en otra medida en función de sus pensamientos); los
personajes tienen reacciones emocionales respecto a las situaciones
que viven y eso conduce a sus decisiones que les llevan a actuar,
permitiendo el desarrollo de la historia.
De
esta manera, los cómics nos descubren la humanidad de los personajes. El cómic,
así, puede ser un medio de mostrar lo que es la humanidad, o las
distintas humanidades. Se cumple la proposición de Akira Toriyama
en la que indicaba que los cómics describen al ser humano. Quizás
puedan ser capaces de presentar lo que Deleuze llamaba perceptos,
plasmación de conjuntos de percepciones que representan sensaciones
anteriormente sentidas y reproducibles gracias a ellos. Cabe la
posibilidad de que los cómics, algunos de ellos por lo menos, pueden
transmitir el percepto de la humanidad, así como la escritura trata
de describir el concepto de humanidad. Situándose así más cerca
de la pintura que de la literatura.
Bibliografia:
-de
Cuenca, Luis Alberto 2009: “Cómic y literatura”, in: Mercurio,
n. 107.
-Deleuze,
Gilles. El abecedario de Gilles Deleuze. Trad. Raúl Sánchez
Cedillo.
-Eisner,
Will 1988: El
cómic y el arte secuencial. Barcelona:
Norma Editorial.
-Toriyama,
Akira & Sakuma, Akira 1996: Taller
de manga. Barcelona:
Planeta-De Agostini Comics.
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