Teorías de justicia distributiva
Juan José Angulo de la Calle
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John Roemer, uno de los autores de la corriente conocida como marxismo analítico, hizo una descripción y análisis de las diferentes concepciones de la justicia distributiva o sobre el concepto de justicia como reparto adecuado de los bienes en los últimos cincuenta años. Trataba de hacer cercanas las teorías de la filosofía política a la economía. Trató estas cuestiones en su libro Theories of Distributive Justice. El carácter del libro era meramente descriptivo y crítico.
Rawls
Según Roemer, John Rawls trata de establecer una teoría de la justicia como reparto equitativo de bienes primarios. Con dichos bienes se pueden conseguir los objetivos de las distintas formas de vida –conforme a sus preferencias, sea viajar, deportes de riesgo, actividades culturales etc.–, permitiendo que cada distinta concepción de bien pueda ser realizada y repartida a partir de bienes básicos, tales como alimentación, educación, vivienda, dinero y trabajo. Así, se da una concepción estable frente a las problemáticas de las teorías de la justicia distributiva anteriores que la caracterizaban como reparto de bienestar, pues veía inconsistentes las mencionadas teorías por haber innumerables diferentes e inconmensurables ideas de bienestar.
Entre otras consideraciones, en ellas la justicia es un concepto negativo, mera negación o falta de malestar. Así, se limita la idea de justicia. Otra objeción a estas teorías es la existencia de “gustos caros” o preferencias más allá del mero bienestar. Por una parte, el existir distintas ideas de bienestar impide un patrón común de distribución. Por tanto, se requieren unos mínimos, unos bienes primarios (dinero, recursos, servicios, alimentación, sanidad...) con los que se pueda permitir acceder a los secundarios en los que puedan estar las preferencias de cada persona. En segundo lugar, el bienestar no es un concepto positivo o un objetivo en sí mismo, es la mera falta de malestar; y los objetivos de las personas se dirigen a finalidades existentes y no son meramente conformistas. Por último, ya se ha indicado que las personas pueden no ser conformistas y aspirar a refinados o “caros” bienes.
“Rawls objected to welfarism for three reasons: some people derive welfare from “offensive tastes” (for example, deriving pleasure from another's suffering), some people have “expensive tastes”, and conceptions of welfare are so diverse as to be incommensurable.”2
Desde esta lectura crítica, Rawls parece indicar que el reparto puede dar dificultades por las distintas preferencias de cada persona y muestra con ello que la distribución justa puede no ser tan evidente. Se requieren unos mínimos a repartir que posibiliten cada expectativa posterior. En cualquier caso, habría que ver cómo son dichos mínimos y si los de Rawls son los adecuados.
Roemer caracteriza al sistema de Rawls como meritocrático. En igualdad de condiciones, se debe procurar que las personas puedan acceder a puestos altos por méritos (para que se puedan crear expectativas, aunque en igualdad de oportunidades)3. Se realiza dicha distribución bajo un velo de ignorancia sobre lo que se va a recibir. Para evitar que el egoísmo de cada persona busque un monto más grande que el de los demás, se crea una incertidumbre sobre lo que va a recibir para que exijan las personas un cada vez mayor monto para la repartición más pequeña y así estar seguro de recibir como mínimo una parte aceptable.
Según Rawls, las personas tienen que ser libres para elegir ocupaciones y puestos (a través de méritos) y acceder a empleos adecuados a sus talentos que presumiblemente garanticen bienes sociales primarios a monto de trabajo.
“Further, persons are free to choose their occupations and positions, subject to the filling of these positions by a meritocratic procedure, and to choose the amount of time they work. Thus the primary social goods “consumed” by a person will be a function of his job and labor choice, for the job choice defines (at least part of) his location l, and the job and labor choice will at least in part determine his income.”4
Se ve en esta teoría que la asignación se ha de hacer por esfuerzo, por mérito, por habérselo merecido cada participante de la sociedad. Solamente sería posible en una igualdad de oportunidades en la que el criterio sea el talento o el esfuerzo y no la presencia de ventajas especiales que imposibilitarían tal distribución por imposiciones de dominación, a través del ejercicio de sus privilegios. Lograr mejoras por méritos supone la negación de privilegios o de formas de dominación como punto de partida. Cada posición (o cualquier forma de ganancia) debe lograrse por esfuerzos especiales partiendo de una igualdad de oportunidades.
Dicha equitativa distribución tiene que ser garantizada. Rawls considera que un mandato de justicia es adoptar las instituciones que, ocupadas en procurar el reparto, maximicen el mínimo (la repartición más pequeña que se puede asignar) que le tocaría a una persona de una sociedad.
“One mandate of justice is to adopt those institutions which will maximize the amount (index) of primary goods enjoyed by the individual or group who receives least of them: that is, to maximize, over all possible economic regimes, the minimum, over all persons, of the bundle of primary social goods. He calls this moral mandate the ‘difference principle’.”5
La justicia distributiva es una cuestión pública. No se puede dejar a la voluntad individual o al mercado, a pesar de que Rawls estime más el libre mercado como modelo económico. Ha de ser una cuestión de regulaciones políticas y de organización social que fomenten la igualdad de oportunidades, a través de educación pública y otros servicios sociales, reformas laborales u otras formas. Sin unos mínimos no habría garantías, aunque solamente sean códigos de derechos y leyes que permitiesen la mera posibilidad de un reparto de bienes. Sin ellos ni siquiera sería posible la justicia porque la cuestión quedaría ajena al ámbito público y fuera de control.
Roemer termina su análisis presentando una serie de críticas a la teoría de Rawls y mostrando que solo algunas partes de su teoría pueden ser interesantes. Rawls entiende que toda persona es responsable del modo de vida que elige. Asume que busca unos bienes primarios que sean coherentes con la manera de vivir escogida –si se elige una vida modesta, no se puede pretender esperar o exigir lujos, por ejemplo–. Ello se contradice con otro de sus puntos de partida: que las expectativas típicas sociales son arbitrarias. Las expectativas no pueden ser fruto de elección estrictamente.
“For these reasons I think the Rawlsian system is inconsistent and cannot be coherently reconstructed while preserving its major elements. These major elements are: (1) the index of primary goods must be such that increase enhances the prospects of realizing a person's life plan, (2) the choice of a person's life plan is her responsibility, (3) the primary goods a person enjoys are due to social choices (tax schedules) and to morally arbitrary features, but not of the consequences of features that are not morally arbitrary, is required for justice. From (2), (3), and (4) we conclude: (5) justice requires equalizing primary social goods but not the expected degrees of life-plan fulfillment. Element (1) is not needed for the syllogism, but on account of Rawlsian neutrality: the conception of primary goods must be consistent with the advancement of all life plans. Relevant minor elements of the system, which can be altered without shaking its foundation, are whether the index of primary goods is personalized or the same for all, and whether labor is a primary good. I have argued that preserving major element (1) requires the primary-goods index to be personalized and also requires that labor-leisure be a primary good. But if freedom of occupational choice and labor-leisure are primary goods, then the only way to preserve (3) is to argue that occupation and labor-leisure choices are not the responsibility of persons, that they are determinated by features whose distribution is morally arbitrary. But this, I maintain, is inconsistent with (2).”6
Sen
Amartya K. Sen también considera problemático el concepto de justicia, pero entiende que los bienes primarios no son adecuados, ya que la vida es algo más7. Para muchos objetivos personales o valores (tales como tener movilidad, auto-respeto, tomar parte en la comunidad o ser feliz), se requieren capacidades, la posibilidad de acceso a bienes funcionales, que permitan ser capaces de realizar actividades.
“Rawls objected to welfarism for three reasons [...] Sen did not disagree, but claimed that primary goods were not the appropriate maximanda. The focus should be on what goods do for people, and they do things for people short of providing idiosyncratic welfare: they enable to escape morbidity, to be adequately nourished, to have mobility, to achieve self-respect, to take part in the life of the community, and to be happy (Sen 1993, p. 36). These ‘doings and beings’ Sen calls functionings.”8
Es interesante la ampliación de los bienes, pues añade a la lista de bienes los “funcionamientos” (“funcionalidades”, si se traduce functionings de una forma más literal). La justicia no se reduce al reparto equitativo de productos de primera necesidad e indica que puede haber injustas distribuciones a pesar de garantizarse la subsistencia para las personas. Pueden darse casos de falta de acceso a la cultura, carencia de libertades o limitaciones de la participación en las cuestiones comunitarias. Y esos casos serían injusticias.
Sen llega a la conclusión de que no hay una única receta de justicia distributiva porque puede haber una gran variedad de “funcionamientos” a los que puedan aspirar las personas.
“Sen thinks that the human condition can be measured in a variety of ways, and that there is no unique best way. He differentiates among the terms well-being, standard of living, happiness, agency achievements, and opulence. [...]
Because of these multiple measures of human advantage, Sen claims there is no single recipe for distributive justice.”9
La presente aseveración nos devolvería a los problemas de inconmensurabilidad, sin embargo Roemer formula varias críticas a la teoría de Sen. En primer lugar, el “funcionamiento” denominado “felicidad” podría desviar a otros (en el caso de que se dé prioridad a la capacidad de que una facilidad o capacidad sea satisfactoria por encima de otros criterios). Esto nos lleva a su segunda crítica: que puede haber contradicción entre “funcionalidades”, que se dé prioridad a una frente a otras posibles, siendo satisfactoria para algunas personas, pero insatisfactoria para las demás. En tercer lugar, Sen no da un criterio de comparación entre “funcionamientos” que permita designar grados de reparto según qué capacidad sea mejor que otra. Ello hace que no se pueda saber quién está “en mejor posición” o en “mejores condiciones”, o simplemente mejor. Por otro lado, Sen critica a Rawls que fomente el reparto más bajo, pero él no ofrece un objetivo social (un objetivo para toda la sociedad)10. Y en último lugar, no se presenta a los individuos como responsables de sus oportunidades y de sus “funcionamientos”. La cuestión es que puede depender de cada persona el conseguir los puestos (por esfuerzo) y también es necesaria la propia capacidad de cada individuo para lograr algunos “funcionamientos” (como la felicidad y el respeto), sin que lo que se pueda recibir sea lo único determinante.
“I shall raise five criticisms of Sen’s theory. As I noted aboved, (1) including happiness as one of the functionings weakens the extent to which an index of functionings will be independent of self-conceived notions of welfare. This is not necessarily bad, but note that we jeopardize Tiny Tim's receiving a wheelchair by including happiness as a functioning. The pleasure that I receive from satisfying my offensive and expensive tastes will also generate happiness, and this weakens the detour around these kinds of taste that focusing on functionings was supposed to facilitate. (2) Sen has not provided an index of functionings; if an increase in one's (index of) functionings should never decrease the possibility of achieving one's agency goals [...] (3) Even given functionings indices, Sen provides no equivalence relation on the class of capability sets which would enable us to say when one person's capability is better or richer than another's. [...] (4) Sen critizes Rawls for his “extremism of giving total priority to the interests of the worst off” (Sen 1992, p. 146), but offers no explicit social objective in his own theory. [...] (5) The treatment of agent responsibility is essentially Rawlsian and, from the hindsight of more recent writings of Arneson and Cohen on the question (see Chapter 8), inadequate. Individuals are implicit viewed as not responsible for their opportunities, as measured by their capabilities, but responsible for their choice of functioning vector an their agency goals (life plans). But it may be the case, in reality, that a person's agency goals are socially determined in a way that precludes her having responsibility over them. And, conversely, a person may have responsibility in part over the functionings vectors in her capability, especially, for example, if happiness and self-respect are included as functionings. (In re self-respect, might not an individual set unrealistically demanding conditions for its achievement?).”11
La concepción de la distribución de “funcionamientos” se muestra más problemática aún que la planteada con respecto a los bienes primarios. De lo que se puede concluir que no es del todo adecuada, ya que dicha concepción debería estar definida de una forma más concreta.
Dworkin
Ronald Dworkin critica el igualitarismo del bienestar desde otro punto de vista. Entiende que la noción de bienestar requiere la presencia del pesar, el malestar en la vida que tiene que ser solventado13. Pero es imposible usar la noción de pena razonable por justa distribución de recursos por ser sus argumentos circulares (para hablar de justa distribución se requiere pesar y para hablar del pesar se requiere justa distribución) y no explicar los gustos caros.
“To say that a defensible account can be given of the resource distribution is to say that distribution is fair. Thus, to paraphrase, no one has cause for reasonable regret if and only if the distribution of resources is fair. To give an account of what constitutes reasonable regret requires having a prior notion of fair distributions of resources; hence, it is impossible to use the notion of reasonable regret as defining a just distribution of resources! And, claims Dworkin, there is no other way of trying to modify equality of welfare into an acceptable ethical view except by using the notion of reasonable regret. Thus, Dworkin says, the attempt to define a cogent equality-of-welfare view is circular, or incoherent. [...]
[...] At that point (1981a, pp. 228-240) he attempts to provide another argument against equality of welfare based on voluntary cultivated expensive tastes. [...] “It is quite unfair,” Dworkin writes, “that he should have a third choice, that he should be able, at the expense of others, to lead a life that is more expensive than theirs at no sacrifice of enjoyment to himself just because he would, quite naturally, consider that life a more successful life overall than either of the other two” (1981a, p. 237)”14
Tendría que haber diferentes bienestares por diferentes pesares. Se tendría que poder medir grados de bienestar por comparaciones de compensaciones por pesares. Por haber distintos malestares y gustos, es difícil la comparación y nos devuelve a los problemas de inconmensurabilidad. Además, la austeridad de la distribución de bienestar puede no ser atractiva.
“But as the las paragraph demonstrates, the conception of reasonable regret produced here, though coherent, is not thoroughly ethically attractive by virtue of the problem of truncated conceptions of success”15
Dworkin entiende que se debe dar igual trato a los individuos (en bienestar y recursos), y que la justicia debería compensar a individuos por aquellas circunstancias en las que no se sea responsable (falta de recursos...), y que estorben al objetivo de lograr lo que sea valioso en la vida para cada uno, bajo su responsabilidad. La satisfacción de cada persona depende de su elección o reflexión: estará contenta si recibe lo que ella exige o considera valioso según sus preferencias.
“Dworkin began by supposing that justice requires equal treatment of individuals, and asking in what dimension that treatment should be measured. He considers two classes of possibility for the equalisandum: welfare and resources. I say “classes”, because welfare can be conceived in a variety of ways, as can resources. [...]
Dworkin’s work brought into much sharper focus an important issue that was germinal in the work of Rawls and Sen, personal responsibility. Dworkin argues that justice requires compensating individuals for aspects of their situations which they are not responsible and which hamper their achievement of whatever is valuable in life, but only for those aspects. Differences between aspects of the situations of individuals owing to acts/beliefs for which they are responsible are no concern for justice. Moreover, Dworkin tastes the view of individuals are responsible for their preferences, as long as they are identify with those preferences.”16
Dworkin define la justicia distributiva como una igual (o justa) distribución de recursos17. Dicha igualdad solo sería tal si se efectúa a través del azar, en el que todos tienen las mismas probabilidades de acceso. Roemer entiende que lo descrito es moralmente arbitrario (sin criterio) en algunos casos (en los que no haya posibilidad de decisión –como la inscripción en subastas de recursos– sobre la elección de los recursos a distribuir).
“One can understand the sense in which Dworkin views the described distribution as constituting a fair distribution of resources (or what he calls an “equal” one) by noting his views toward two kinds of luck, which he calls “option” and “brute”. Option luck is the outcome of a gamble explicit taken, while brute luck is an outcome in which no gamble was entered into. [...] Dworkin's view is that it is fair for persons to suffer the consequences of option luck, for persons decide how much to insure against those kinds of event. Brute luck, however, is a morally arbitrary (and hence unfair) way of distributing resources. Thus handicaps which cannot be insured against, and for which no compensation is otherwise forthcoming, are events of brute luck and unfair.”18
Su distribución se realiza en igualdad de condiciones y bajo un fino velo de ignorancia. El reparto de recursos distingue entre preferencias. En dichas preferencias, cada persona que las exige es responsable de sus gustos, es decir, asume sus preferencias y está contenta si obtiene lo que busca.
“In particular, Dworkin makes an explicit distinction between preferences, which (except in a case to be described momentarily) cannot be insured against, and circumstances, which can be. All individuals have the same opportunity, behind the thin veil of ignorance, to purchase identical policies, for each has the same initial allotment of units of account, and each knows the true distribution of handicaps in the actual world. [...]
[...] Except for cravings, however, a person is considered to be responsible for his tastes, regardless of whether they were voluntarily or involuntarily cultivated, because they are tastes he is glad that he has.”19
Las preferencias descritas están orientadas por los talentos. Se dispondrá de un tipo determinado de inquietudes en función del tipo de capacidades que se tenga.
“Dworkin is saying that a person’s plan of life is more influenced by the talents he has than by his handicaps, a questionable psychological claim.”20
La compensación por la desigualdad de talentos la proporcionará el velo de ignorancia: se conocerán los talentos pero no lo que ganará por ellos.
“Dworkin proposes that, although persons know their talents behind the veil, they will be assumed not to know what income those talents will bring.”21
Sin embargo, Roemer entiende que cierta gente podría comprar talentos, disolviendo la igualdad de oportunidades. La disolvería por haber alguien que podría tener mejor acceso a recursos a través de otros.
“One might propose a solution to talent inequality which is, in a sense, the polar opposite of Dworkin’s: allow people to purchase property rights in the talents of others.”22
Por otro lado, Roemer critica que no se eliminan las desigualdades que provengan de la responsabilidad de las personas o del ejercicio de sus preferencias.
Por
lo
tanto,
dicha
distribución
no
elimina
las
desigualdades.
Dicha
teoría
resulta
contradictoria
e
inestable.
Sin
embargo,
especifica
cómo
formar
un
reparto
los
recursos para
que
resulten
ser
lo menos problemático
posible.
Arneson
Richard Arneson, por su parte, da más énfasis al papel de la responsabilidad en la distribución de recursos y lo considera más central. Según su análisis, depende más la elección de un camino de vida para lograr la satisfacción que lo que pueda ser asignado por un reparto. Ninguna distribución desde “arriba” –por parte de instituciones– puede dar más garantías de satisfacción vital que la propia reflexión de una persona acerca de lo que considera un bien24. Toma el bienestar o la utilidad como criterio igualador, dudando de la “igualdad de oportunidades” propuestas anteriormente. Según Arneson, el reparto equitativo de bienes que den bienestar o sean útiles para todos por igual es considerado la forma de llegar a la igualdad.
“Arneson, however, advocates the more conventional conception of responsibility, the one which takes as central the control the person has or had over the action/belief in question. His proposal moves both “forward” and “backward from Dworkin's: forward in proposing a new cut between those aspects of a person's situation she is responsible for and those she is not, and backward in taking welfare or utility as the equalisandum, suitable modified, rather than resources. He dubs his proposal ‘equal opportunity for welfare’.”25
Solamente se podría dar igualdad de oportunidades si los caminos que son elegidos por cada persona fueran parecidos y pudiese distribuirse recursos según un criterio común; sin embargo, hay diversos modos de vida.
“Arneson says that equality of opportunity for welfare has been equalized if transferable resources have been distributed so that the decision trees of any two individuals are effectively equivalent. [...] When equality of opportunity for welfare is equalized, it will generally be the case that Adam and Eve choose “different” paths (meaning a pair of paths that are not mapped into each other by the isomorphism): they have, according to Arneson’s view, no claim at the bar of justice for the unequal welfares which they then achieve.”26
Arneson, entonces, condiciona la igualdad de oportunidades al bienestar a la condición de que se hallen caminos parecidos. La distribución justa tendrá como criterio el camino de vida común a varias personas –y que no podrá ser aplicable a otros, que tendrán que tener en cuenta las características de los demás–.
Arneson
muestra
que
la
igualdad
de
oportunidades
tiene
que
tener
unas
condiciones
y
ajustarse
a
otros
factores
más allá de
los
intrínsecos.
Debe
haber
igualdad,
pero
orientada
a
algún
tipo
de
finalidad:
al
reparto
de
unos
bienes
(o
recursos)
que
tienen
que
satisfacer
algún
objetivo
que
tienen
que
marcar
las
personas.
Habría
que
ver
si
hay
tanta
diversidad
de
objetivos
en
las
sociedades,
ya que
las
personas
que
viven
en
ellas
tienen
en
común
una
educación,
una
cultura
y
unos
valores
compartidos
que
hace
que
sus
preferencias
estén
casi
pre-determinadas
o
ya
marcadas.
Si se diese esa
posibilidad, no
se
daría
el
problema
de
la
inconmensurabilidad
de
expectativas.
Cohen
Gerald A. Cohen también critica a Dworkin. Entiende que Dworkin ve una problemática entre preferencias y recursos, quien indica que el objetivo es lograr que las personas accedan a los recursos que les permitan cumplir sus preferencias a través de eliminar las circunstancias externas que impidan ese acceso27.Sin embargo, Cohen entiende que los parámetros a tener en cuenta son la responsabilidad y la mala suerte.
“[...] And Cohen proposes that “the right cut is between responsibility and bad luck, not between preferences and resources [...]”28
Habla de responsabilidad en el sentido de control sobre nuestras acciones, asignando un gran papel a la capacidad personal para hacer aquello que se busque o que permita conseguir lo que se busca, es decir, indica que se tendría que poder tener un control sobre lo que se desea. Tendría que estar en manos de cada uno el poder lograr lo que se quiere.
Desde esta lectura, en primer lugar, su igualdad de oportunidades es una igualdad de acceso a ventajas, y no solamente una negativa regulación que impida las limitaciones de circunstancias externas.
“Cohen advocates a view that he calls “equality of access to advantage,” which signals the two ways in which he differs with Arneson, in preferring “access” to “opportunity” and advantage” to “welfare”.”29
Las ventajas mencionadas son las posibilidades para realizar aquello que permita hacer aquellas actividades que busca cada persona (deportes, viajes, actividades culturales...), o que faciliten conseguir lo que se quiere. De esa forma, como ya se ha anticipado antes, la igualdad de oportunidades que exige Cohen es una igualdad respecto al acceso a las capacidades que permitan a las personas hacer ellas mismas lo que pretenden lograr (con responsabilidad).
Roemer indica que la teoría expuesta presenta problemas. En primer lugar, queda por definir qué tipo o tipos de ventajas pueden darse y, en segundo lugar, cómo podrían diferenciarse causas del comportamiento que estén bajo control de la persona y las que se deban a factores externos y fuera de su capacidad de elección.
“To put the matter slightly differently, the proposal of this section constitutes a theory of distributive justice (as equality of opportunity for advantage) which leaves two issues unresolved: what advantage consists in, and how to distinguish causes of behavior that are within, as opposed to beyond, a person's control.”30
La interpretación de Cohen muestra que una igualdad de oportunidades ha de ir más allá de meramente garantizar que no haya impedimentos, sino que tiene que proporcionar los medios para que las personas puedan acceder a aquello que pretenden (o que puedan corresponderle). [Cohen es un autor del marxismo analítico, su visión tendía a vislumbrar un posible planteamiento de una idea de justicia marxista]. Es problemático dejar toda la cuestión completamente a la responsabilidad de la persona, pero la planteada autonomía podría valer para colectivos organizados en una teoría marxista de la justicia.
-Arneson, Richard 1989: “Equality of opportunity for welfare”. Philosophical Studies, vol. 56, n. 1, pp. 77-93.
-Cohen, Gerald Allan 2001: Si eres igualitarista, ¿cómo es que eres rico? Trad. Luis Arenas Llopis y Óscar Arenas Llopis. Barcelona: Paidós.
-Dworkin, 1990: Foundations of Liberal Equality. (trad. cast., Ética privada e igualitarismo político, Paidós - ICE UAB, Barcelona, 1993). Salt Lake City: University of Utah Press.
-Rawls, John 1971: Teoría de la justicia. Trad. María Dolores González. México D. F.: Fondo de Cultura Económica.
-Roemer, John E. 1996: Theories of Distributive Justice. Cambridge: Harvard University Press.
-Sen, Amartya Kunar 1992: Inequality Reexamined. Cambridge: Harvard University Press.
1Roemer, John E. 1996: Theories of Distributive Justice. Cambridge: Harvard University Press, p. 9.
2Ibid., p. 188.
3Rawls, John 1971: Teoría de la justicia. Trad.: María Dolores González. México D. F.: Fondo de Cultura Económica.
4Roemer, John E. 1996: Theories of Distributive Justice. Cambridge: Harvard University Press, p. 166.
5Ibid., p. 163.
6Ibid., p. 182.
7Sen, Amartya Kumar 1993: “Capability and well-being”, in: Martha Nussbaum & Amartya K. Sen. The Quality of Life. Oxford: Clarendon Press, pp. 30-53.
8Roemer, John E., 1996: Theories of Distributive Justice. Cambridge. Harvard University Press, pp. 188- 189.
9Ibid., p.191.
10Sen, Amartya Kumar 1992: Inequality Reexamined. Cambridge: Harvard University Press.
11Roemer, John E. 1996: Theories of Distributive Justice. Cambridge: Harvard University Press, pp. 191- 193.
12Marx, Karl 1977: La guerra civil en Francia. Madrid: Editorial Júcar.
13Dworkin, Ronald 1981: “What is the equality? Part 1: Equality of welfare”, in: Philosophy & Public Affairs, vol. 10, n. 3, pp. 185-246.
14Roemer, John E. 1996: Theories of Distributive Justice. Cambridge: Harvard University Press, pp. 240- 241.
15Ibid., p. 245.
16Ibid., pp. 237-238.
17Dworkin, Ronald 1981: “What is equality? Part 2: Equality of resources”, Philosophy & Public Affairs, vol. 10, n. 4, pp. 283-345.
18Roemer, John E. 1996: Theories of Distributive Justice. Cambridge: Harvard University Press, p. 248.
19Ibid., p. 249.
20Ibid., p. 251.
21Ibid., p. 251.
22Ibid., p. 252.
23Ibid., p. 261.
24Arneson, Richard 1989: “Equality of opportunity for welfare”, in: Philosophical Studies, vol. 56, n. 1, pp. 77-93.
25Roemer, John E. 1996: Theories of Distributive Justice. Cambridge: Harvard University Press, p. 264.
26Ibid., p. 266.
27Cohen, Gerald Allan, 1989: “On the currency of egalitarian justice”, in: Ethics, n. 99, pp. 906-944.
28Ibid., p. 272.
29Roemer, Jon. E. 1996: Theories of Distributive Justice. Cambridge: Harvard University Press, p. 272.
30Ibid., p. 279.
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