2014(e)ko otsailaren 24(a), astelehena
"Sucesión"
2014(e)ko otsailaren 20(a), osteguna
Ser-en-el-mundo junto con ser-con-otros
2014(e)ko otsailaren 18(a), asteartea
El poder soberano
El poder soberano
https://es.wikipedia.org/wiki/Giorgio_Agamben#/media/Archivo:Agamben.png |
El “homo sacer” es una figura dentro del derecho romano, en la cual la vida y la política acaban indiferenciados porque dicha vida forma parte de la política y dicha política se convierte en forma de vida para el condenado a dicha pena. Empecemos por lo básico. Desde Aristóteles, la vida pública y la privada se han distinguido completamente; tanto que poseen virtudes distintas, las intelectivas (propias de la vida contemplativa, la vida privada) y las virtudes prácticas (políticas). La figura del derecho romano del homo sacer cuestiona esta concepción y muestra que las instituciones políticas de los países occidentales han tenido otro funcionamiento.
La condena del homo sacer hace que no sea sancionable el asesinato de dicha persona: “La vida insacrificable y a la que, sin embargo, puede darse muerte, es la vida sagrada”.1 Su vida o su modo de vivir queda conformado por esta realidad jurídica: está afectada por dicha condena. Su vida resulta configurada según dicha realidad, su reflexión acerca de cómo tendrá que vivir ante dicha situación estará basada en ésta. Tendrá que valerse por sí misma dicha persona dado que el estado ha proclamado que no va a defenderlo. Está fuera del ordenamiento legal normal, en tanto que no goza de las garantías de las que se supone que se encarga, y a la vez está dentro de él en tanto resulta ser una figura jurídica (ya registrada), aunque excepcional. Está desde cierto aspecto fuera y, a la vez, está dentro de la legalidad.
Partiendo de esta figura, Agamben trata de definir la soberanía cuyo ser se inscribe en la excepcionalidad. Carl Smith muestra que el poder deriva del soberano y que se sabe quién es el soberano, el poder fundacional o principio del poder, cuando se aplica el estado de excepción. La soberanía se define no por la normalidad sino en la excepcionalidad, es su “esencia”. El poder fundamental se muestra (y se aplica) en los momentos de crisis en los que suspende el funcionamiento normal de las instituciones políticas, a través del estado de excepción.
El poder soberano que hizo nacer y que funda los organismos políticos y jurídicos, que sólo dimanan de él, sólo puede concebirse como tal en tanto que pueda suspender dichas instituciones. Si el poder soberano hace que se forme la política, también la deshace y sólo se puede concebir dicho hacer precisamente en que tenga poder de deshacer (se ve que la hace, en tanto que él es el que puede provocar que deje de ser: decide sobre su ser, está bajo su poder y eso muestra que él la fundamenta).
La aplicación de la manifestación del poder soberano se encuentra dentro del sistema político y jurídico, está dentro de las constituciones occidentales los momentos y los mecanismos en los que se permite que el poder soberano (sea el Rey, las Cortes o el Presidente de la República) pueda suspender la normalidad institucional.
Dicho principio fundamental o arjé tiene de terrible el hecho de que afecta a la vida privada de las personas, tanto, que política y vida acaban indiferenciadas bajo esta realidad. El estado de excepción altera la forma de vida de las personas, en tanto que, bajo la excusa de la seguridad y el orden, se amplían las prohibiciones, la represión y las restricciones en una búsqueda de control total.
Todas las actividades que en momentos de normalidad se podían realizar sin que la legalidad los restrinja, se ven impelidos a no realizarse y cambia la vida: los toques de queda hacen que se alteren los planes de vida; la invasión de la intimidad por parte del poder soberano puede ser ejercido con la excusa de la seguridad; y las detenciones fuera de juicios, tales como los casos de los presos de Guantánamo.
La excepcionalidad llega a la vida corriente y la convierte en parte de la realidad política, la vida queda ordenada por la política, se la trata como concepto como parte a tener en cuenta para organizar y administrar según los planes ejecutivos del estado de excepción.
Los resultados de dicha concepción de la soberanía ha sido la formación de estados en los que se puede aplicar el estado de excepción, el recorte de libertades y derechos. Desde la figura del “homo sacer” y del dictador romano (más tarde emperador), reconocido dentro de la constitución romana, la excepcionalidad ha sido la base de la soberanía; y ha derivado dicho principio a los campos de concentración, y hasta la política de George Bush con su campo de concentración moderno de Guantánamo (situado en un vacío legal, dentro de la legalidad en tanto que se puede hacer porque la ley no lo prohíbe) y sus demás recortes de libertades a cambio de seguridad.
La política y la vida resultan, en estos estados que conciben y practican así la soberanía, indisociables e indiferenciados. La política se introduce en la vida privada de las personas y la organiza, la planifica, la define como ha de ser según la legislación y la domina. La vida queda determinada por la política del estado de excepción y se determina por él, no sólo porque el modo de vivir tiene que tener en cuenta dicho estado y actuar en consecuencia, sino que queda definido según él en tanto que se convierte en una realidad seguida, registrada y tipificada por el estado que trata de controlarla.
La política se adentra en los ámbitos de la vida y se tiene que entender como bio-política. La política se ocupa de la vida como si de un botánico se tratase y queda fijada ésta por la política, haciendo que sean sólo una cosa. Sólo dentro de este marco se han podido dar realidad las leyes de eugenesia y eutanasia de la Alemania nazi, las prácticas de invasión de la intimidad de los ciudadanos por parte del gobierno Bush –que espía los correos electrónicos y las llamadas telefónicas-, y la ley seca y las antitabaco. Dicha concepción hace de la vida una ocupación del gobierno y lo convierte en un objeto de manipulación y administración.
La cuestión sería saber si es posible que haya otro fundamento de la política o eliminar dicha idea de principio político para impedir que la excepcionalidad sea la base de los estados occidentales y se tienda a estados democráticos en los que o bien la soberanía obedezca a la voluntad del pueblo, al mundo de la vida, o bien que el poder del pueblo esté tan presente, que la participación activa del pueblo pueda afectar tanto a las instituciones de representación, que sea innecesaria la aplicación de la excepcionalidad y de un poder soberano que se envista como “portavoz” del pueblo y vaya contra él: que no se tenga que decidir entre libertad y seguridad, y en la que el poder del pueblo sea suficiente como para no necesitar soberanos.
Giorgio Agamben, “Homo sacer: el poder soberano y la nuda vida”. 1995. Valencia. Editorial Pre-textos. P.108
Bibliografía:
-Hobbes, T. (2000): Leviatán: o la materia, forma y poder de una república eclesiástica. México D.F.: Fondo de Cultura Económica.
-Maquiavelo, N. (2012): El príncipe. Madrid: Akal.
-Locke, J. (2002): Segundo tratado sobre el gobierno civil. Madrid: Alianza Editorial.
-Rousseau, J. (2001): Discurso sobre las ciencias y las artes / Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres / El contrato Social. Madrid: LIBSA.
2014(e)ko otsailaren 15(a), larunbata
El payaso Toneti
El payaso Tonetti (Bilbao). Se debería revalorizar la desprestigiada figura del payaso. El humor es un recurso que, aparte de mejorar nuestra calidad de vida, puede valer para encarar la dura realidad. Si podemos ver que la realidad a veces es tan absurda que es ridícula, podemos burlarnos irónicamente de ella, le quitamos hierro y podemos seguir adelante. Ésta es una manera de tomarse las cosas bastante sana y positiva.
2014(e)ko otsailaren 13(a), osteguna
Haikus de invierno
El viento choca
contra el cristal, lo empaña:
es tarde de invierno.
Piar de los pájaros
en la tarde de invierno.
¡ Gran extrañeza!
El viento fresco
mueve ramas y hojas:
es la armonía.
El viento fresco
nos da frío a todos hoy
sin perdón.
Hay sol y frío,
los jovencitos hablan
sin decir nada.
Ramas desnudas
en el camino a casa,
la voz se apaga.
Trino de pájaros
en ramas sin hojas.
Rumor del tráfico.
Parque con fuente,
los trinos lo recorren
como el viento.
Golpes de gotas
se oyen sobre el paraguas.
Invierno vasco.
Nubes y nieve
se mezclan en la montaña:
parecen uno.
Nubes de carbón.
Oscuros están el cielo
y mi corazón.
Espeso el cielo,
espesa la cabeza:
el tiempo pasa.
Los copos vuelan
y mi corazón
se desconsuela.
2014(e)ko otsailaren 12(a), asteazkena
Winning the prize
2014(e)ko otsailaren 11(a), asteartea
Haikuak euskaraz
Haikuak
NEGUA
Iluntasuna
zeruan eta lurrean.
Aterki barik.
UDABERRIA
Euri gogorra.
Soinu lasaigarri bat
lehioetatik.
UDA
Eguzki zeruan,
izerdia mugitzen da
bizkarran behera.
UDAZKENA
Haizea arnasa
ia bezalakoa da,
kalean gora.
2014(e)ko otsailaren 8(a), larunbata
La explotación laboral y la alienación en Marx
La explotación laboral y la alienación en Marx
https://es.wikipedia.org/wiki/Karl_Marx#/media/Archivo:Karl_Marx_001.jpg |
Explotación laboral
Legalizada la propiedad privada, los patrones pueden hacer lo que quieran en sus empresas, incluído hacer uso de la explotación. Los trabajadores no reciben lo que producen, se les paga por su esfuerzo (su fuerza de trabajo) y, por tanto, no se les paga lo que merecen (los bienes y servicios que han producido). Producen una serie de bienes y servicios, generan un valor, pero no se paga el fruto de su trabajo, no se paga su trabajo, sino un sueldo a cambio de su esfuerzo, que es mucho menor que lo que han producido. Por lo tanto, los trabajadores son explotados.
Los productos tienen un valor de uso, una utilidad. Por ejemplo, el paraguas sirve para protegerse de la lluvia. Por su utilidad, los productos son comprados, pero el valor de uso es subjetivo: la utilidad de un producto respecto a otro es completamente diferente. Para tener una medida objetiva para marcar el valor de un producto, se utiliza el tiempo de trabajo que se requiere para producirlo como medida de valor; este valor se refiere a lo que en general, socialmente, se suele tardar en producir un producto. Cuanto más tiempo se requiera para su producción, más caro será.
En ese tiempo de producción, los trabajadores transforman las materias primas en un producto elaborado introduciéndole en esa elaboración un valor determinado. La forma de asignar el valor de una forma objetiva es en función de las horas que son necesariamente (a nivel general, como media social) para elaborar un producto. A más horas empleadas, más grado de elaboración (y relativamente más costes) y, en consecuencia, mayor grado de elaboración.
En un mercado mercantilista, el intercambio de mercancías se produce por el cambio de Mercancía a Dinero, y una posterior compra de otra Mercancía que se necesite. M-D-M Es intercambio de mercancías, mercado y flujo de productos en los que todas las partes obtienen un producto del mismo valor que necesiten.
En el capitalismo, el dinero es un fetiche abstracto, es capital o valor muerto o irreal (acciones bursátiles, créditos, tipos de interés, fondos reservados, cripto-monedas). Sustituye a objetos que realmente tienen valor, valores reales o valores de uso realmente útiles y tangibles. Y la abstracción del dinero se convierte en un fin, es un medio de acumular valor cuantitativo abstracto y la posibilidad abierta de la acumulación hasta cantidades más altas que las riquezas, bursátiles, crediticias, fiduiciarias, fondos, crédito y valores reales.
En el capitalismo, la mercancía es un medio para el logro de más capital, de más valor y mayor cantidad de dinero posible o virtual. La fórmula es D-M-D'. El dinero compra una mercancía, materias primas, para que sea transformado en el trabajo produciendo bienes y servicios elaborados con mayor valor (cambio a productos más elaborados, cuyo valor se cuantifica con el tiempo socialmente necesario que se requiere para producirlo: la media de horas que se tarda en la transformación de materias primas en bienes y servicios de mayor valor).
A los bienes y servicios les asignan un valor añadido, una plusvalía. Gracias a ella, los patrones consiguen una gran ganancia, un beneficio mayor. Sin embargo, a los trabajadores no se le paga ese valor excedente, sino que se le paga solamente el esfuerzo. Se le retribuye un sueldo que siempre es menor que el valor que han producido. No se les paga lo que producen y, por lo tanto, les están explotando.
“El obrero comunica un nuevo valor al objeto de trabajo, añadiéndole una nueva dosis de trabajo, cualquiera que sea el carácter útil de éste. [...]
[...] Cierto es que el valor se mide por el quatum de trabajo contenido en una mercancía; pero este quatum está, a su vez, socialmente determinado. [...] su valor siempre se mide por el trabajo socialmente necesario, es decir, por el trabajo necesario en las condiciones sociales del momento. [...]
[...] llamo trabajo necesario al trabajo desplegado durante su tiempo: necesario para el trabajador porque es independiente de la forma social de su trabajo; necesario para el capital y para el mundo capitalista, ya que dicho mundo se basa en la existencia del trabajador.
El tiempo de actividad que rebasa los límites del trabajo necesario supone, evidentemente para el obrero un gasto de fuerza de trabajo, pero no crea valor alguno para él. Crea una plusvalía que, para el capitalista, tiene todos los encantos de una creación ex nihilo. Yo llamo a esta parte de la jornada de trabajo tiempo de trabajo excedente, y al trabajo invertido en ella, trabajo excedente. [...]
La cuota de plusvalía es, por tanto, la expresión exacta del grado de explotación de la fuerza de trabajo por el capital o del trabajador por el capitalista.”6
Alienación
Los modos de vida a los que nos vemos envueltos por el sistema nos hacen ver la vida como algo insatisfactorio, rayante y como una mierda. Tales modos son el trabajo y el consumismo, entre otros.
El ser humano se hace transformando el medio y a sí mismo. Al transformar el medio, hace surgir nuevas necesidades: sociales (por crear los medios de producción en equipo y colaboración), culturales (por crear señas de identidad en el grupo o comunidad frente a otros) y económicas. Se humaniza en la actividad. La humanización es la evolución de las necesidades en su búsqueda de autosatisfacción.
Según Marx, la alienación se produce en el trabajo asalariado del capitalismo. El ser humano objetiviza su trabajo (en el que se individualiza y se identifica con él) con el producto, que en el Capital el producto pasa al empresario y toma un funcionamiento, dicho producto, propio y distinto al que lo produce (el producto tiene un modo de ser o circulación propio, al que el trabajador se tiene que someter, en lugar que el trabajador sea el que imponga sus condiciones y necesidades al producto).
La mercancía se vuelve extraña al trabajador y se le enfrenta. Se le obliga a someterse a los ritmos de la producción (que vienen de otros, del empresario y del mercado) y modos de producción mecánicos del objeto, en vez de que realice el obrero los objetos a su propio ritmo y manera. Tiene que “hacerse al objeto” o al modo acelerado de producir objetos (también servicios y ventas) en competitividad.
Su obra no le sirve a él, ni a la sociedad. No le pertenece su propio trabajo, pues sus ritmos son impuestos, no los controla ni puede intervenir sobre ellos. El trabajo es para otro (el empresario). Se ve reducido el trabajador a la condición de una máquina, a un instrumento. Se produce un embrutecimiento físico y mental.
Cuando se ve obligado a entregar su trabajo al empresario (con sus ritmos, con explotación y a la manera que exige la competitividad y el consumismo) se aliena. La enajenación se acabará en el trabajo cuando el libre desarrollo de cada uno (sólo posible por no tener injerencias externas, por no haber empresarios y ser gestionadas las empresas por los trabajadores), cada cual con su habilidad y capacidad, dará al libre desarrollo de todos (por actividad laboral creativa).
1) consumismo, que nos reduce a ser sólo dinero, a que se nos juzgue por lo que se tiene y no por lo que se es; y que da a placeres pasivos, que nos reduce a ser como plantas o drogadictos;
2) sexismo, en el que la mujer dentro de un mundo de hombres se ve reducida a ser una sierva y estar ajena a ese mundo en el que no puede (o no la dejan) intervenir;
3) televisión, crea un sujeto pasivo, con un gran abotorgamiento mental y con reducida capacidad crítica que no vive la vida y no se desarrolla;
4) los medios de comunicación, cuyo bombardeo de datos manipulados y tendenciosos, e imágenes impactantes crea indefensión para pensar lo que dicen, dada la imagen de objetividad “incuestionable” fomenta a no pensar la realidad y creer la de los medios: lo cual crea un sujeto pasivo y con mente abotargada y no crítica;
5) imperialismo, que pretende imponer una identidad (y una serie de realidades políticas y sociales) sobre un pueblo, el cual se ve ajeno a modos de vida, culturales e identitarios impuestos y extraños;
6) sexualidad reprimida, la imposición de un limitado modelo sexual heterosexual solamente genital tendente al matrimonio patriarcal y que se “venda” la imagen de otras formas como sucias (buscar más que la genitalidad o no buscar el compromiso se considera propio de “cerdos” o “zorras”) o inferiores (en el caso de la homosexualidad), limitando tanto se ejerce represión a un desenvolvimiento de la propia sexualidad que pudiese dar gratificación en la vida, provocando frustración y el no desenvolvimiento de una parte de la personalidad como es la capacidad afectiva y relacional;
7) alienación carcelaria, los diversos métodos y funcionamientos de las cárceles que socaban la humanización tales como el aislamiento, las normas rígidas arbitrarias, las humillaciones, la tortura…, así como la reinserción a una sociedad ya alienada.
Webgrafía:
-Agencia EFE (10 de enero de 1983): “La economía soviética es autosuficiente, afirma un estudio realizado por la CIA”. El País, (consultado el 4 de agosto de 2021):https://elpais.com/diario/1983/01/10/internacional/411001206_850215.html?ssm=TW_CC
-Burgos, M. (28 de abril de 2014): “China y el socialismo de mercado”. Centro Cultural de Cooperación, (consultado el 11 de marzo de 2022):
https://www.centrocultural.coop/blogs/surdesarrollo/2017/07/08/china-y-el-socialismo-de-mercado
-"Cooperativismo, potencial alternativa":
https://juanjoseangulodelacalle.blogspot.com/2017/12/cooperativismo-potencial-alternativa.html
-Higueras, G. (08 de diciembre de 2020): “China acaba con la pobreza extrema”. El Periódico, (consultado el 11 de marzo de 2022): https://www.elperiodico.com/es/opinion/20201208/china-acaba-pobreza-extrema-10360093
-"La explotación laboral y el socialismo de mercado de Roemer":https://juanjoseangulodelacalle.blogspot.com/2015/02/la-explotacion-segun-roemer.html
-Le monde (28 de diciembre de 1982): “La economía de la Unión Soviética ha crecido a una media del 4,51% anual en las tres últimas décadas según la CIA”. El País, (consultado el 4 de agosto de 2021): https://elpais.com/diario/1982/12/28/economia/409878016_850215.html?ssm=TW_CC
-Mazo, E. S. (8 de noviembre de 2014): “China es ya la primera potencia mundial”. Expansión, (consultado el 11 de marzo de 2022): https://www.expansion.com/2014/10/08/economia/1412771929.html
-"Soviets, su abolición y burocratización de la URSS (perspectiva filosófica)":
https://juanjoseangulodelacalle.blogspot.com/2017/12/cooperativismo-potencial-alternativa.html
Bibliografía:
-Bitot, C. (2002): El comunismo no ha empezado todavía. Trad. Emilio Madrid Expósito. París: Les Amis de Spartacus.
-Cafiero, C. (1977): El capital al alcance de todos. Trad. Eloy Muñiz. Madrid: Ediciones Júcar.
-Cohen, G. A. (2000): Karl Marx´s Theory of History. A Defence. New Jersey: Princeton University Press.
-Carretero, J. L. (2007): Contratos temporales y precariedad. Madrid: Confederación Sindical Solidaridad Obrera.
-Katz, Claudio 2010: La economía marxista hoy. Madrid: Maia Ediciones.
-Keeran, R. & Kenny, Th. (2010): El socialismo traicionado. Detrás del colapso de la Unión Soviética. 1917-1991. Barcelona: El Viejo Topo.
-Mandel, E. (1976): Tratado de economía marxista. Trad. Francisco Díez del Corral. México D. F.: Ediciones Era.
-Marx, K. & Engels, F. (1985): Manifiesto comunista. Madrid: Akal.
-Marx, K. (1989): Contribución a la crítica de la economía política. Moscú: Editorial Progreso.
-Roemer, John E. 1995: Un futuro para el socialismo. Traducción: Antoni Domenech. Barcelona: Editorial Crítica
-Roemer, John E. 1989: Teoría general de la explotación y de las clases. Trad.: Manuel Pascual Morales. Madrid: Siglo XXI editores.