Contexto de justificación y contexto de descubrimiento
Juan José Angulo de la Calle
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Desde Reichenbach se ha descrito que la ciencia consta de un contexto
de justificación y uno de descubrimiento.
El contexto de
justificación es el conjunto de demostraciones, argumentaciones y
consistencia racional de carácter deductivo de las teorías, que justifica la validez
de las teorías científicas.
El contexto de descubrimiento, en
cambio, es el proceso real en el que se produjeron la construcción
de las teorías científicas. Se trata del conjunto de los procesos efectivos (históricos,
sociológicos, económicos, intereses que la dieron lugar y
motivaciones psicológicas) que hicieron efectiva el desarrollo de la
ciencia, y que suponen factores diferentes a la justificación.
El contexto de descubrimiento cobra fuerza por la teoría de Kuhn de
las revoluciones científicas, en la que considera que los cambios en
la estructura científica se dan por factores ajenos a la justificación: luchas
por el poder, uso de retórica y cambio generacional.
Kuhn entiende
que en ciencia se establece un paradigma (conjunto de teorías,
métodos y estructura científica) que, por su aceptación por la
comunidad científica, se convierte en ciencia normal: un conjunto de
teorías, principios y métodos estructurados con una consistencia
puramente interna y que es aceptado como válido por la comunidad
científica para establecer una normativa epistémica o una ciencia
oficial.
En cada paradigma hay términos básicos con un significado
determinado y demarcan la percepción de los científicos. Como
indicaba Hanson, la experiencia y los datos están cargados de
teoría, cada teoría tipifica y marca la interpretación de la
experiencia; y cada teoría tiene una percepción completamente
distinta de las demás. Cada teoría cuenta con una terminología
propia y diferente, tan distinta que impide la comunicación. Kuhn
entra en la línea de Quine, que defiende la intraducibilidad de
lenguajes técnicos científicos.
Kuhn entiende que los cambios se producen por revoluciones
científicas, cambios absolutos de paradigmas, por saltos bruscos de
referencias globales en ciencia. Se dan cambios por revoluciones
absolutas, sin que haya una continuidad posible y una evolución,
dado que cada paradigma es un sistema propio, con su propio lenguaje
técnico e “intraducible” o incomparable a otro por ser demasiado
diferentes o inconmensurables.
El cambio de una teoría a otra se da
por factores ajenos a la justificación. Solamente se pueden dar
cambios en ciencia debido a la lucha entre los miembros de la
comunidad científica asentados en la ciencia normal y los jóvenes
más predispuestos a la nueva teoría y a realizar una revolución
científica. Tras dicho proceso, se asume el nuevo paradigma por
encima del anterior por motivos ajenos a la justificación.
Feyerabend llega a decir que no es posible un criterio que muestre
qué teoría es más válida y que permita comparar teorías; e
indica que “todo vale” en ciencia. La inconmensurabilidad es tan
grande que no es posible postular un medio de evaluar diferentes
teorías de forma que se pueda afirmar cuál tiene más validez.
Sin embargo, como señala Miguel Artola, cada nueva teoría aceptada
aporta mayor aporte explicativo y epistémico. Más allá de los
enfrentamientos de cada momento, los intereses de poder en pugna y la
retórica empleada, es claro que si se llega a aceptar otra
estructura científica por parte de la comunidad científica es
porque tiene suficiente mayor validez y tan gran interés académico
como para dar tal cambio: la nueva estructura aporta más en cuanto a
explicación de la realidad. La teoría heliocéntrica de Galileo,
su método, la técnica que usa (utilización del telescopio), su
explicación es más amplia y rigurosa que la
aristotélica-ptolomeica.
Además, Artola también indica que no ha habido una completa
historia de toda la ciencia que muestre que todos los cambios
científicos se hayan producido principalmente debido a factores personales, pugnas por el poder y uso de retórica. No hay tal
completo trabajo ni en los escritos de Khun, ni los de Feyerabend, ni
siquiera los de Lakatos.
Por otro lado, según Echeverria la teoría de Chomsky indica que las
diversas lenguas, o las distintas teorías científicas en este caso,
poseen estructuras taxonómicas homologadas y la traducción es
posible o, al menos, todavía se puede defender que es posible la
interpretación.
Los continuos y viables debates racionales y
críticas que se realizan en la comunidad científica muestran que
hay una comunicabilidad en la ciencia y que no existe una gran
inconmensurabilidad que impida la posibilidad de un desarrollo
conceptual y racional en la ciencia. Por tanto, el contexto de
justificación tiene un papel en el desarrollo científico y cuenta
con validez.
Bibliografía:
-Artola, M. & Sánchez Ron, J. M. 2012: Los pilares de la
ciencia. Barcelona: Espasa
Libros.
-Chomsky, Noam 1975: Logical Structure of Linguistic Theory.
Chicago: University of Chicago
Press.
-Chomsky, Noam 1982: Ensayos
sobre forma e interpretación.
Madrid: Cátedra.
-Echeverria, J. 1998: Filosofía de la Ciencia.
Colmenar Viejo: Akal Ediciones.
-Feyerabend, P. K. 1975: Contra
el método. Esquema de una teoría anarquista del conocimiento.
Barcelona: Ariel.
-Hanson, N. R. 1977: Patrones
de descubrimiento: Observación y Explicación. Madrid:
Tecnós.
-Hanson, N. R. 1978: Constelaciones
y conjeturas. Madrid: Alianza.
-Kuhn, T. S. 1975: La
estructura de las revoluciones científicas. México
D.F. : Fondo de Cultura Económica.
-Kuhn, T. S. 1989: ¿Qué
son las Revoluciones Científicas? y otros ensayos. Barcelona:
Paidós.
-Lakatos, I. 1974: Historia de la ciencia y sus reconstrucciones
racionales. Madrid: Tecnós.
-Quine, W. V. O. 1962: La relatividad ontológica y otros
ensayos. Madrid: Tecnós.
-Quine, W. V. O. 1968: Palabra
y objeto. Barcelona: Labor.
-Reichenbach, H. 1938: Experience and Prediction.
Chicago: University of Chicago Press.
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