2014(e)ko maiatzaren 17(a), larunbata

La explotación según Marx


La explotación según Marx


Juan José Angulo de la Calle





El objetivo del modo de producción capitalista es la acumulación. La pregunta es cómo puede lograr dicha acumulación, cual es el medio por el que puede sumarse el valor. Los productos poseen una utilidad y por mor de ella se quiere o se necesita ser adquiridos. Esto quiere decir que los bienes y servicios poseen cada uno un particular valor de uso. ¿Cómo se puede comparar una utilidad de un producto con respecto al uso de otro artículo o servicio si cumplen funciones completamente diferentes? Los productos no son intercambiables por su valor de uso, no se les puede asignar un valor común. Solo se les puede dar un valor objetivo a través de atribuirle valor en función de un factor objetivo y común de todos los bienes y servicios: el valor-trabajo, el tiempo de trabajo que se requiere para ser elaborado o realizado.



Cada mercancía, entonces, dispone de valor de uso y de valor de cambio. Se le atribuye un contenido fetichista, se le da un valor abstracto separado de su contenido material (como podría ser su efectiva utilidad real).



Debido a la sobreproducción de bienes y servicios, se crean más productos de los que se consumen y se necesitan. La presencia de tanta cantidad de bienes y servicios hace que sean tratados aritméticamente y de una forma abstracta. Se reemplaza la calidad por la cantidad en la atribución de valor. Se separan los productos tanto de su materialidad, como de su contenido concreto. Se reducen los bienes y servicios a valor de cambio en sí mismo, a capital. Se queda en un valor de cambio atribuido, abstraído de su contenido real, un fetiche, una mistificación.



La mistificación, a su vez, llega a separarse del trabajo. Al crearse la ilusión del fetiche por la abstracción de la materialidad, acaba como abstracción por sí misma. El objeto queda fetichizado al presentarle valor y presentárselo como si el valor viniera de sí mismo (del propio objeto). Y dicha fetichización es una forma social, al ser resultado de la producción con unas relaciones sociales muy determinadas. Unas relaciones en las que hay separación entre productores (trabajadores que transforman los productos) y vendedores (agentes que, sin producir, sacan al mercado los productos y les asignan valor abstractamente, al no tener relación directa con los bienes y servicios).



Ese valor es confundido o presentado como capital, atribuido al monto de capital asignado a la maquinaría y a la fuerza de trabajo. Se reduce a capital de inversión (no a la utilidad real o al trabajo real, sino al valor que se le atribuye al valor-trabajo) o a dinero, que es la abstracción del valor de uso por excelencia. 

 

El dinero es el valor de cambio cuyo valor de uso es representar (simbolizar, mistificar) el propio valor de cambio en sí mismo. La mistificación del dinero consiste en presentar el intercambio de mercancías (distintas e incomparables) como algo natural, siendo como es una mera convención establecida y una ilusión.



El fetichismo protege al capitalismo, al esconder la separación entre valor de uso y valor de cambio. Presenta como natural el valor, en el cual se puede lograr la apropiación (por ser abstracción y no ser valor fácilmente asignable y calculable) y acumulación (por convertirlo en una propiedad aritmética que permite la suma de valores, que en el valor de uso sería diferentes, incomparables, insumables y, por tanto, no acumulables).



De la mistificación, se logra que el intercambio de productos lleve a aumentar el valor. En un proceso de compra (de materias primas), elaboración y venta, el producto resultante en otras sociedades de épocas pasadas tendría igual valor al comienzo y al final. Se cambiarían productos de igual valor, sería casi un trueque: el dinero para comprar algo, se recupera al venderlo (D – M - D, dinero-mercancía-dinero). En el capitalismo, se le atribuye un valor añadido en la transformación (el trabajo o tiempo necesario en su transformación de materias primas en productos elaborados o en servicios vendibles) y hace que tenga mayor valor.



Se usa el valor de cambio (la abstracción y atribución de valor) en la circulación de mercancías para incrementar el valor de cambio. Esto es, de un cambio de valor a valor igual, en el intercambio capitalista se da acumulación por abstracción y se permite abrir la puerta al aumento del valor. Así, se incrementa el capital (que es el valor, separado del valor de uso por el proceso de mistificación).



Ése aumento del valor de las mercancías (bienes y servicios, resultado de la transformación del trabajo) es la plusvalía, o el valor añadido por el trabajo empleado en fabricar o realizar dicho producto (que es la transformación de las materias primas en bienes y servicios vendibles). Plusvalía es el tiempo empleado en crear un producto. Es el valor añadido durante la transformación de la materia bruta en bienes y servicios. Es un valor que aporta el trabajador y que no es pagado porque el trabajador cobra un salario (recibe el valor de su fuerza de trabajo o su esfuerzo, no el resultado de ese esfuerzo o el valor real) y no se le paga el valor de cambio producido.



Resultado de lo cual, se logran mayores beneficios y se va sumando cada vez mayor valor, se da la acumulación; a través de la cual, se puede invertir en mejoras de los medios de producción para lograr ser más competitivos (lograr más beneficios para los empresarios por vender a menores costos por poseer tecnología y medios más eficientes) y así poder barrer a competidores y hacer que el capital llegue a cada vez menos manos.



En el capitalismo se producen cada vez más productos consumibles con valor de uso porque ostentan valor de cambio. Como consecuencia de ello, el sistema económico promueve incrementar la productividad (la producción masificada y expansiva de cada vez más productos) para aumentar el valor-trabajo. Acaba convirtiéndose en la búsqueda del valor por el mero valor, con su consecuente fetichización o producción de capital por el capital mismo (abstraído de su valor de uso), y se acaba por producir mercancías que no proporcionan satisfacción real, que solamente consisten en consumismo desbordado.



Esto conlleva la acumulación de riquezas en cada vez menos manos. La cual, fomenta el logro de mayores beneficios para una minoría. Las ganancias las reciben sobre todo los propietarios de los medios de producción (empresas).



-Marx, Karl 2008: El capital. Trad. Pedro Scaron. México D. F.: Siglo XXI editores.

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