2014(e)ko urtarrilaren 16(a), osteguna

Vitalismo

Vitalismo


Juan José Angulo de la Calle

Siguiendo con el hilo del malestar en la vida y con la manera de tomarse la vida, la filosofía vitalista trató estas cuestiones. Dentro de esta corriente, hay dos interpretaciones principales.

La filosofía de Schopenhauer entiende la vida como un proceso lleno de presiones por parte de los impulsos o las necesidades, tales como la sed, el hambre, el apetito sexual... Schopenhauer lo llamaba Voluntad o voluntad de vivir, la cual se podría reducir al deseo. Él nos crea sufrimiento, nos presiona con fuerza para conseguir cosas. Si no se obtienen, nos frustramos y, si se logran, tenemos una efímera satisfacción que no dura mucho, nos crea decepción y nos conduce a volver a buscar otra cosa en un círculo vicioso. Es como echar leña al fuego, sólo se aviva el ardor. Schopenhauer considera que la vida es tensión. Creo que mi personaje Ilargia tiene esta mentalidad.

El budismo, en esta línea, considera que la vida es sufrimiento por nuestro apego al deseo. Si nos aferramos con afán a buscar lo que queremos, andamos por la vida procurando lo que queremos para nosotros y alimentamos el egoísmo, en lugar de ver las cosas como son tratando de desenvolvernos en lo real y adaptándonos a la realidad cambiante. El que se aferra al deseo vive para conseguir cosas en el futuro que no vive o se aferra a un pasado que no puede cambiar. Entonces pierde de vista el presente y a lo que le rodea, lo cual sí está viviendo. Todos los males vienen del apego al deseo, la ira es deseo de venganza, la avaricia es deseo obcecado de riquezas... No es malo tener deseos si son pasajeros y permiten estar atento a lo que se está viviendo. Lo malo son las obsesiones, que no dejan vivir. Lo mejor es vivir el presente, estar atento al aquí y ahora.

Nietzsche, por su lado, considera que la vida es voluntad de poder. Todo ser viviente busca expandirse, crecer, ser más fuerte, hacer más cosas (tener poder es poder hacer cosas, tener capacidad para poder realizar lo que se quiere). La vida, entonces, es movimiento, actividad, querer superarse a sí mismo. Para Nietzsche, la vida no es tensión, la vida es energía.

Por otro lado, Nietzsche considera que hay que aceptar tanto el dolor como el placer, porque ambos son partes de la vida y sin ambas la vida no sería tal (sin placer, la vida sería martirio inútil y sin dolor, sueño o un proceso narcótico). Él lo personificó con el dios pagano Dionisios, dios que acepta todos los aspectos de la vida porque es el dios del vino, la locura y la tragedia (yo diría que las tres cosas están muy relacionadas, pero bueno).

Todos los esfuerzos por negar el dolor son enfermizos. La venganza, según Nietzsche, es atribuir como causa del dolor unas personas que dañan a otras y es el deseo de acabar con el dolor acabando con sus supuestos causantes. El remordimiento o la culpa es la venganza contra uno mismo, atribuir el dolor a uno mismo y mortificarse como expiación. Con ambos sólo se crea mortificación y no acaban con el dolor porque forma parte de la existencia.

Pero bueno, supongo que no es algo que podamos aceptar realmente y, al final, sólo nos queda disfrutar cuanto podamos de la vida.

-Nietzsche, Friedrich  1998: "La voluntad de poderío". Obras póstumas. Madrid: Edit. Edaf.
-Nietzsche, Friedrich  2000: "La genealogía de la moral".  Madrid: Edit. Edaf.


-Schopenhauer, Arthur  2004: "El mundo como voluntad y representación".  Madrid: Akal.
Watts, Alan  2006: "El camino del zen",  Barcelona: RBA.

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