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Ética contemporánea: deberes (Moore) y virtudes (MacIntyre)




 Ética contemporánea: deberes (Moore) y virtudes (MacIntyre)


 Juan José Angulo de la Calle



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Moore, uno de los filósofos de la ética más importante de la época contemporánea, realiza una muy elaborada ética deontológica, una ética de los deberes. Entiendo que con su teoría rigurosa y bien asentada, ha hecho que la ética de los deberes sea tenida en consideración y se mantengan debates filosóficos acerca de sus planteamientos y problemáticas. La deontología tiene validez porque ha dado explicaciones sobre la ética que son relevantes y porque es sustentada por argumentos suficientemente racionales.

Moore hace una retrospectiva de las reflexiones éticas. Critica las anteriores posiciones iusnaturalistas (que plantean que hay derechos naturales y existen positivamente cosas buenas concretas) y considera que no se puede definir el bien o lo bueno porque las definiciones solamentese pueden realizar en conceptos complejos no en ideas simples (las nociones simples carecen de
atributos y características que permitan su definición, solamente pueden ser señaladas). La noción de bien no es natural (no hay un objeto en el mundo al que pueda identificarse) y se refiere a sí mismo. La ética consistiría en la realización del bien a través de los deberes. La obligación moral produce bienes, la acción es la que hace que haya más bien.

MacIntyre recupera las virtudes. Considera inconmensurables e incomparables los distintos códigos morales por ser demasiado diferentes entre ellos y que no se puede hacer una ética universal; lo mismo que Khun y Feyerabend consideraban que las teorías científicas son inconmensurables, incomparables porque cada teoría es demasiado distinta de su anterior o de su
paralela en el presente [considero que sus teorías no son correctas porque cada teoría nueva ha dado mejores, más clarificantes y aclaratorias explicaciones del mundo: p.e. la teoría de Einstein explica mejor la realidad del espacio y el tiempo]. Entonces, podría decirse que es posible recuperar la ética
de las virtudes, dado que tienen el mismo valor que las deontológicas.

En una línea más positiva, MacIntyre propone una ética de la virtud que defiende que las personas tienen que procurarse una serie de hábitos que les permitan alcanzar una vida buena o de plenitud. Considera que el juicio moral de cada individuo se va formando con la mejora del carácter y que el bien moral del individuo tiene que realizarse en comunidad porque proviene de
actuar en la sociedad, es una práctica en el que el individuo actúa hacia afuera y se desarrolla en
comunidad.

MacIntyre nos devuelve las virtudes, pero considera que ellas pertenecen a un código moral de una sociedad determinada. Según él puede haber muchos y diferentes porque son iconmparables, demasiado diferentes y sin puntos en común, y no puede haber una única moral universal; por tanto, puede inventarse un código moral que recupere las virtudes: el que él propone.


Sin embargo, el planteamiento de MacIntyre asigna que los códigos morales son para una determinada sociedad y así debe ser. Por tanto, esta virtud quedaría solamente aplicable a las personas cercanas a las personas cercanas a la cultura occidental en la que estoy inscrito. Pero yo considero que la virtud de la comedia puede formar parte de todas las culturas: en todas ellas haypersonas que ríen, que pueden tomarse las cosas con humor y que tienen obras cómicas de diferente ámbito.

Se puede postular una moral universal, dado que disponemos de la razón y ella permite hacer argumentos racionales universales. La comunicación racional puede llevar a que todas las personas del mundo se pongan de acuerdo, tras un proceso de diálogo, que tiene que haber unas normas, valores e, incluso, virtudes valiosas mínimas. De hecho, ya se ha hecho: son los Derechos
Humanos. 

Los países firmantes (casi todos los países), lo cumplan o no, consideran que los
Derechos Humanos son una serie de derechos mínimos; referentes a la dignidad humana: el reconocer que el ser humano no es un objeto, no puede ser tratado como medio, sino siempre como un fin, dado que es un sujeto racional que se da a sí mismo fines y, así, ningún ser humano puede ser tratado como medio para llegar a un fin: ya que el fin siempre es el ser humano, el que pone los fines y no puede ser medio. La razón universal, que está en todos los seres humanos, tras haber realizado un largo debate, llegó a la conclusión que deben ser reconocidos una serie de derechos mínimos para los seres humanos por el mero hecho de ser humanos (de tener la mencionada dignidad humana).

-MacIntyre, A.  (2001): Tras la virtud.  Barcelona: Editorial Crítica. 

-Moore. G. E. (2001): Ética.  Madrid: Editorial Encuentro.

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