Teoría del conocimiento
Juan José Angulo de la Calle
Introducción al concepto
La
filosofía occidental ha procurado definir en qué consiste el
conocimiento válido, distinguiéndolo de la ignorancia y de la mera
opinión. Según ella, el conocimiento más riguroso es la
ciencia porque es comprobable y tiene criterios . No hay
ciencia de la ciencia, por lo que para tratar teóricamente la
ciencia se requiere una reflexión acerca de ella, que es la
filosofía de la ciencia. Sin embargo, para analizar la
filosofía de la ciencia y ver su relación con el concepto de
conocimiento y las distintas maneras del saber se requiere una teoría
del conocimiento.
En
Occidente, el conocimiento tratado aquí es el tecno-científico (hay
más: estético, lógico, interno...). Interesa el saber
científico porque es contrastable y sistemático. La teoría
del conocimiento parte de él, es una reflexión del conocimiento
desde la ciencia, pero puede servir de modelo para otras ramas del
conocimiento. La filosofía que pretenda tratar el conocimiento
debe ser interdisciplinar: tener parte de reflexión y parte de las
aportaciones de las ciencias particulares.
La
teoría del conocimiento pone en suspenso las ciencias, no las da
totalmente por válidas y analiza la ciencia (y el propio concepto de
saber).
Las
actitudes filosóficas son demasiado generales. El saber con un
fundamento tecnocientífico solamente puede ser tal por medios
operativo y operacional, si se expresa en la experiencia y dice algo
concreto. Este conocimiento científico viene de hipótesis
plausibles.
Si
la teoría del conocimiento quiere examinar el conocimiento
científico debe mirar la forma lógica del conocimiento científico.
Por eso una teoría del conocimiento y de la ciencia deben ir juntos,
la teoría del conocimiento debe mirar cómo son las diferentes
teorías científicas concretas y abstraer una teoría de la ciencia
en general. Hace falta un modelo científico para analizar los
contenidos. Sin pensar metódico, no hay ciencia ni filosofía,
pero hace falta una base de referentes reales.
La
teoría del conocimiento requiere interdisciplinar: metodología,
lógica, referentes científicos. La era de la información
actual no está cualificada con validez porque no hay elementos
claves de la filosofía o reflexión y filtros del pensamiento que
permitan ver qué es contenido válido o justificado y qué es
pseudosaber o bulos.
Quizás
la filosofía, en tanto metateoría, pueda servir de puente entre las
distintas disciplinas científicas y, juntas, poder formular una
teoría de la ciencia y una teoría del conocimiento.
Hay
varias teorías del conocimiento. En filosofía occidental, las
principales serían: el racionalismo, el empirismo-positivismo y el
pragmatismo.
Racionalismo
El
racionalismo es históricamente la teoría más defendida. Los
representantes más importantes son: Parménides, Platón,
Aristóteles (en parte), Kant (en parte), Frege, Hegel, Boole...
Descartes
da a la filosofía un carácter matemático, sitúa como fuente de
certeza el método lógico racional. Busca un conocimiento
seguro, usa la duda metódica para llegar a la verdad.
Verdadero es lo que viene del método. Duda de todo, hasta de
que existe; pero si duda y se equivoca, debe haber alguien que dude y
se equivoque; por tanto, la certeza es que existimos.
Hay
cuatro formas de conocimiento: entendimiento (discierne la noción de
verdad), imaginación, memoria y sentidos. El entendimiento
llega a la verdad porque es el que dota de un método que da certeza,
pero los demás modos; pero es el entendimiento el que es
predominante en el racionalismo. Se obtienen datos de la
experiencia, memoria e imaginación, mas para que tengan un orden en
lo certero, en lo teórico y sistemático, hace falta una teoría,
dada por el entendimiento.
Hay
dos partes del entendimiento: intuición y deducción.
Intuición es discernir las cosas racionales y la deducción es la
capacidad de conectar cosas por entendimiento. El conocimiento
viene de la razón, pasa por lo material por la influencia de las
ideas que recibo pasivamente de los sentidos y que crean ideas.
Descartes
dijo que sólo queda admitir que hay un mundo externo dependiente de
las ideas (la veracidad de Dios nos supone la veracidad del mundo;
dentro de nuestras ideas está la idea de infinito, que no puede
venir de un ser finito, así que viene de un ser infinito, Dios, que
hace que el mundo sea verídico y no un engaño).
La
certeza o el saber certero viene de las ideas (el pienso, luego
existo), así que el saber fundamental viene de la razón y el
entendimiento. Para Descartes, el pensamiento es fundamental,
es la creación científica. Viene del sujeto pensante (base
del saber certero) y todo lo demás debe ser conocido por la lógica.
Kant
pone límites al racionalismo. El conocimiento analítico o
lógico da verdades certeras, pero no da saber nuevo (e.g. los
metales son conductores, luego el hierro es conductor). El
saber nuevo procede de los datos de los sentidos. Pero no son
un haz caótico, así que debe tener un orden. Kant establece
que hay unos puntos de partida del conocimiento (unos aprioris)
que permiten focalizar los datos de los sentidos. Estas
estructuras que ponemos presuponen los juicios sintéticos apriori
(universales, matemáticos o categóricos). Sin embargo, son
dudosos tales tipos de juicios.
El
racionalismo queda como una teoría que da seguridad, la razón es
vista como autónoma y autárquica. Pero queda como aislada
precisamente por ello. Las teorías racionalistas degeneran en
posiciones que no pueden demostrarse empíricamente o por los
sentidos, quedan como puras conceptualizaciones que no pueden ser
comprobadas o contrastadas.
Empirismo
El
empirismo señala que el conocimiento proviene de los datos de los
sentidos. Las ideas solamente serían unas generalizaciones de
la repetición de unos hechos percibidos por los sentidos.
La
ciencia tiene que tener unos principios. Según Bacon, la
ciencia es inductiva: parte de los datos de los sentidos y si percibe
que se repite un fenómeno porque se da en muchos casos, realiza
generalizaciones.
Locke
escribió un Ensayo sobre el conocimiento humano, es el
padre de la teoría del conocimiento (él la formuló de forma
explícita por primera vez en Europa). Según él, las
representaciones que se tienen acerca de la realidad proceden de los
sentidos y las conceptualizaciones son la ordenación de las ideas
acerca de la realidad. El alma es un papel en blanco que se va
formando a través de las impresiones sensoriales.
Hume
es más extremista. Critica la causalidad. No se puede
aseverar que haya causas. Se puede certificar que un fenómeno
se da cuando se da otro, pero solamente se ve uno y el otro; ésto es
lo único que se ve, así que no es conocimiento hablar de causa y
efecto. Se puede observar que se da un fenómeno tras otro en
un caso, pero no se puede comprobar que se da en todos los casos a lo
largo del tiempo. Puede darse el caso de que no se dé esa
supuesta causalidad en el futuro. Esta problemática la trató
Russell con el ejemplo del pollo empirista: como todos los días le
daban de comer, pensó que todos los días le iban a dar de comer,
hasta que llegó el día de Navidad y le mataron para la cena.
El
positivismo procura salvar lo teórico en lo empírico.
Positivismo es la comprobación de hechos. Es una actitud
epistemológica sobre estos puntos: 1) el conocimiento humano (sólo
procedente de los conceptos derivados de los hechos perceptibles de
la ciencia); 2) para obtener conocimiento hay impresiones
(sensaciones); 3) todo lo que va más allá de lo sensible no es
objeto de conocimiento de conocimiento humano; 4) todo lo positivo es
antimetafísico.
El
saber es el tratamiento científico de los hechos comprobables de
forma sistemática y experimental. Las ciencias verifican
porque comprueban experimentalmente. Fuera de ésto, todo es
metafísica que no dice nada del mundo y es pura abstracción sin
contenido.
El
Círculo de Viena retoma el positivismo y lo aúna a la filosofía
del lenguaje. Considera que el saber es el conjunto de
proposiciones que hablan de hechos comprobables por la experiencia y
la datación experimental.
Sin
embargo, Popper señala que la ciencia no comprueba. Puede
apuntar que un fenómeno se da muchas veces, pero no que se va a dar
en todos los casos (que no han sido comprobados porque son casi
infinitos). Por tanto, la ciencia no verifica. Como mucho
contrasta. Permite afirmar que una ley no se sostiene si no se
da en un caso: si no se da una generalización en un caso, no puede
darse en todos los casos (e.g. la afirmación "los cuervos son
negros" se puede sostener hasta que se encuentre un cuervo
blanco).
Ésto
nos lo comunica la reflexión y la razón, así que es muy válido lo
teórico y no lo experimental. Para Popper, por lo
anteriormente descrito, no existe la inducción y es injustificable;
y la deducción da validez y es justificable porque en ciencia se
hacen reglas generales y luego se contrasta. Plantea una nueva
lógica, postula un modus tollens (se plantea una norma
general, no se da en un caso; conclusión: no se da la norma).
La crítica permite una mejor formulación de las teorías.
Khun
es más radical. Entiende que las teorías científicas y del
conocimiento son inconmensurables. Es decir, lo que sentimos es
entendido bajo una teoría (la experiencia está cargada de teoría, que diría Hanson), y cada teoría es incomparable con otras
porque tiene puntos de partida diferentes. No hay justificación
de una sobre otra, se dan cambios de teoría por revoluciones
científicas (se ve que hay una anomalía o caso inexplicable en la
ciencia normal y, por discursos retóricos, es sustituida una por
otra). Feyerabend es más radical y señala que, dada la
inconmensurabilidad, no hay método: todo vale en el conocimiento.
Lakatos,
por su parte, acepta los resultados de la historia de la ciencia y se
pone en medio de Khun y Popper. No somos irracionales, así que
debe haber una reconstrucción racional y no se puede refutar a
Popper del todo. Hay mecanismos auxiliares para defender una
teoría ante críticas (por argumentos para el caso o ad
hoc). La ciencia no evoluciona por enfrentamiento entre
teorías, son las teorías las que se confrontan con los hechos.
Lo que cuenta es la progresión de un programa (de una teoría) con
los hechos hasta que los hechos hagan que la teoría sea
insostenible. No se cree que unas críticas afecten mentras se
mantenga el núcleo de la teoría. Acepta la proliferación de
teorías de Khun y, en parte, el falibrismo de Popper.
Independientemente de las teorías, todas se remiten a los hechos.
A
pesar de todo, no hay una historiografía completa de la ciencia (ni
en Khun, ni en Feyerabend, ni en Lakatos) como para decir que las
teorías se sustituyen por motivos ajenos a la justificación.
No hay esta ratificación. Además, se da realmente un progreso
en las ciencias (e.g. la teoría de la relatividad de Einstein recoge
los planteamientos de Newton y los amplia).
Fuera
aparte de todo, hay que señalar que el saber sensorial es procesado
por el cerebro. El cerebro es un producto evolutivo, resultado
de las cribas de la selección natural. Por tanto, algo de lo
que pensamos tendrá correlación con la realidad o se ajusta de
alguna manera a ella, de forma que permita la adaptación.
Según
Damasio, un daño en el cerebro puede dar a un embrutecimiento de las
emociones y, por tanto, a la incapacidad de abstraerse. Las
emociones remiten a la amígdala, que es la base de toda la actividad
cerebral. Ella trata de las respuestas ante el peligro y a la
calma. Esta base emocional es la que permite tener empatía,
con la cual se puede abstraer, hacer generalizaciones y formar
ideas.
Un
cerebro adaptado al entorno no implica que tenga el saber de las
cosas, pero puede ser buen indicador lo que piense porque está
adaptado a la realidad de alguna manera y de alguna forma es una
parcial garantía.
Pragmatismo
Según
este planteamiento, el conocimiento se supedita a la forma de ser de
las personas.
Peirce
caracteriza el método científico correcto por medio de la
aplicación práctica que realiza. Define la verdad por el
criterio de la eficacia práctica (juicios y estados de las cosas
conformes). Los criterios científicos lo descubren.
James
dice que no se trata solamente de poner criterios para distinguir
proposiciones sensatas, sino que lo que se dice tiene que tener
consecuencias prácticas (si es así, si redunda en algo que se pueda
comprobar y es útil, entonces es verdadera tal afirmación).
Son criterios utilitarios y su fin es la utilidad. Relaciona
las proposiciones y las satisfacciones que dan. La evaluación
del mundo como una parte para lograr éxito en la vida es lo
primordial. El éxito en la vida es la muestra de que se tiene
el conocimiento.
Dewey
está convencido de que la posibilidad de aplicación práctica es
válida si tiene eficacia práctica. Es instrumentalidad.
Convierte al mundo en algo instrumental. Los juicios se dividen
en valores satisfactorios y no satisfactorios. No habrá
diferencia entre conocimiento y evaluación de resultados.
Estos criterios vienen impuestos por su eficacia.
El
pragmatismo es demasiado utilitarista y utilitario. Porque algo
sea útil no implica que sea verdad, ello es algo que debe ser
demostrado o tener algún tipo de validez según un criterio. Y
no se puede remitir a los resultados prácticos para dar validez
porque la teoría debe sostenerse por ella misma, por sus propios
planteamientos.
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