Método PEACE para los problemas de la vida
Juan José Angulo de la Calle
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/00/Lou_Marinoff_at_Taplow_Court%2C_UK.jpg |
En
muchas ocasiones, las personas acuden al psicólogo sin tener un
trastorno, sino un malestar. Los trastornos son crónicos y
necesitan ser tratados con terapia científica, pero los malestares
suelen ser problemas personales y dilemas morales que, tal vez,
pueden ser tratables con reflexión, método y replanteamiento
crítico. Para eso la filosofía puede aportar ayuda.
Lou Marinoff desarrolló un método para tratar malestares derivado de
los métodos y sistemas filosóficos. Es el método PEACE: Problema,
Emoción, Análisis, Contemplación y Equilibrio.
El
primer paso es identificar el problema,
saber qué es exactamente lo que nos está perjudicando. A
continuación hay que hacer acopio de las emociones
que provocan el problema: contarlas, experimentarlas, observarlas,
identificarlas o ver cuál es su causa y canalizarlas de forma
constructiva. El tercer paso es el análisis,
se pregunta por las causas del problema y sus posibles soluciones.
Se enumera y se examina las opciones que se disponen para resolver el
problema. La solución ideal sería la que normalizara tanto los
aspectos externos (el problema) como los internos (las emociones que
ha despertado el problema), pero la solución ideal no siempre está
al alcance.
Los
tres pasos descritos son utilizados por la psicología de una forma
rigurosa y científica. La aportación que da la filosofía son los
siguientes pasos. En la cuarta etapa, se da un paso atrás, se
procura buscar y conseguir una mayor perspectiva, y se contempla
la situación desde varios puntos de vista para tener una
interpretación global o de conjunto de la situación. Las
categorías de las etapas anteriores son revisadas y se tiene que
trabajar para integrarlas en una explicación que las abarque a todas
e integre una explicación unificada. Hay que cultivar una visión
unificada de la situación en conjunto: el problema tal como se
presenta, su reacción emocional y las opciones que ha analizado al
respecto.
En
este punto, hay que considerar los métodos, sistemas y enfoques
filosóficos para abordar la situación la situación que le afecta
en su globalidad (p.e. el budismo y el estoicismo pueden ayudarnos a
no angustiarnos por no conseguir lo que queremos conseguir al
explicar que la causa verdadera del sufrimiento es apegarse a lo que
no depende de nosotros y que no nos define como humanos realmente).
Los distintos sistemas filosóficos ofrecen interpretaciones
diferentes de la situación así como da prescripciones divergentes
de lo que hay que hacer al respecto, cuando las hay. Hay que
adoptar, mediante la contemplación, una postura filosófica que, al
mismo tiempo, se justifique por méritos propios y esté en
consonancia con la naturaleza de su persona.
Hay
que replantear los conceptos manejados para interpretar la realidad y
ordenarlos adecuadamente para re-interpretar de forma mejor,
encontrar posibles soluciones desde otro planteamiento o darse cuenta
que algunos problemas son falsos problemas porque pueden ser
re-interpretados de otra forma y que sea positiva (p.e. una traba o
una dificultad en nuestra vida puede ser un reto que, si se afronta,
puede ayudar a madurar o, al menos, a aprender algo).
Después
de enunciar el problema, expresar las emociones, analizar opciones y
contemplar la situación desde una perspectiva filosófica, se
alcanza el equilibrio.
Se entenderá la esencia del problema y se estará preparado para
emprender actos adecuados y justificables. La persona se sentirá
equilibrada y dispuesta a afrontar los inevitables cambios que le
esperan.
-Marinoff,
Lou 2010: Más
Platón y menos Prozac. Barcelona:
Ediciones B.
-Marinoff,
Lou 2003: Pregúntale
a Platón: Cómo la filosofía puede cambiar tu vida.
Barcelona: Ediciones B
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